Denuncian carencias tras un año del incendio de Fandicosta

La Voz

VIGO CIUDAD

xoán carlos gil

Colectivos de emergencias abogan por la mejora del servicio

09 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Trabajadores de emergencias recordaron ayer que se cumple un año del incendio de Fandicosta y que la tragedia sacó a la luz «graves carencias na organización e xestón diaria das emerxencias no noso país». Argumentan que la situación de caos que se vivió durante el incendio de la nave provocó no solo importantes daños económicos y en infraestructura industrial, sino también una alarma social que se extendió por toda la ría de Vigo. Consideran que en aquel incidente se tomaron decisiones «erradas», como el hecho de movilizar a los bomberos de Ribadumia antes que a los de Vigo, que eran los más próximos a la factoría de Moaña. «O verdadeiro problema parte das decisións estratéxicas que a Xunta ven tomando en materia de emerxencias desde hai anos», afirman portavoces de colectivos de emergencias. Critican que no exista un mapa de equipos de intervención actualizado, la «consecuente arbitrariedade» en la cobertura de estos recursos y el desequilibrio territorial en la protección de la ciudadanía ante las emergencias, así como la falta de verdaderos criterios técnicos en lugar de partidistas. Esta situación «configura un panorama abonado para a traxedia, que funciona a base da improvisación constante e favorece que se cometan neglixencias unha e outra vez».

El desastre de Fandicosta no es, a su juicio, ningún hecho aislado. El pasado 26 de abril las carencias volvieron a ponerse en evidencia con el naufragio del pesquero Nuevo Marcos, en el que perdieron la vida tres marineros. «De novo, os medios de resposta acuática máix próximos eran os dos bomberios de Pontevedra, que en ningún momento foron mobilizados».

La Asemblea de Traballadores do 112, la Asociación Galega de Técnicos en Emerxencias Sanitarias, la mesa intersindical de bomberos y la plataforma de bomberos públicos de Galicia denuncian además la primacía de los intereses económicos, «que se traduce na privatización sistemática dos medios de urxencias e emerxencias e na consecuente precarización das condicións tanto dos traballadores como dos propios servizos que son privatizados».