Seis mil cajas atesoran la historia del puerto

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El acta de constitución de la entidad, fechado el 7 de noviembre de 1881, es el documento más emblemático

12 abr 2017 . Actualizado a las 13:57 h.

El proyecto de construcción del faro de Vicos en la isla sur de Cíes, fechado en 1864, es el documento más antiguo de cuantos integran los fondos del archivo del Puerto de Vigo. Se trata de un espacio que alberga más de 60.000 piezas y que, pese a ser de libre acceso, pocos vigueses visitan. Beatriz Bruna es la persona encargada de custodiar el recinto. En él se esconden cientos de joyas en forma de planos, fotografías, actas... Buena parte de la memoria de la ciudad y de su tejido industrial.

Uno de los documentos que con más mimo se guarda -«el más emblemático», afirma la archivera-, es el acta de constitución de la Junta de Obras del Puerto. Está fechado el 7 de noviembre de 1881 y firmado por Jacobo Domínguez, entonces alcalde de Vigo (durante años el regidor de la ciudad ostentó también la presidencia del organismo).

Más de seis mil cajas se acomodan en los dos mil metros lineales de estanterías donde se guardan 136 años de historia de la Autoridad Portuaria. La colección de fotografías, integrada por más de 2.000 instantáneas, es uno de los principales atractivos. Hay originales de Jaime Pacheco, de Enrique Sarabia, de Ángel Llanos, de José Gil y de Roberto Quintero, entre otros. Ellos han dejado memoria gráfica del tráfico marítimo, de los cambios que se fueron produciendo en el frente litoral y, por supuesto, de la emigración. Sarabia firma una de las imágenes más antiguas: fechada en 1920, muestra lo minúsculo del muelle de pasajeros, tan minúsculo y sin apenas calado que obligaba a los trasatlánticos (en este caso al Manchuria) a fondear a un centenar de metros, hasta donde eran trasladados los pasajeros a bordo de pequeñas lanchas.

Otros tesoros del archivo son los planos que recogen la orografía de una ría sin rellenos. El más antiguo data de 1910. Una colección de paneles muestra la evolución de los muelles entre 1915 y 1964. O la emisión de obligaciones. La primera, de cinco millones de pesetas, se realizó en 1911.

Cada año el archivo recibe una media de doscientas visitas, habitualmente de profesionales o doctorandos en busca de documentación para sus tesis o trabajos. Llegan buscando información sobre temas tan variados como la presencia de los cables inglés y alemán en la ciudad, el cargadero de mineral de Rande, el tráfico de buques durante la II Guerra Mundial o la instalación de las primeras grúas. Una de esas primeras grúas es la que está instalada en la rotonda de la confluencia de Beiramar con la calle de A Coruña.

La «Vitrasita» que transportaba el acetileno a los faros de Cíes preside la entrada

Desde finales de los 90, la Vitrasita pasó a engrosar los atractivos del museo. Se trata de una pequeña furgoneta, bautizada así porque su entrada en funcionamiento coincidió con la retirada de los tranvías y la llegada de Vitrasa. Está especialmente diseñada para subir las empinadas cuestas hasta los faros de las islas Cíes cargada con los tubos de acetileno que garantizaban la iluminación. Diseñada por Jacinto Correa, se construyó en los propios talleres del puerto utilizando el motor de un 800 Siata, con tres cajas de cambios de un Seat 600. La dirección, adaptada al ancho de eje, es de un R-4 y se colocó el volante a la derecha para facilitar el ascenso por las pronunciadas curvas del faro de Montefaro. Permaneció en servicio hasta 1990, aunque todavía se utilizó para realizar pequeños transportes entre los muelles durante unos años más. En el 2010 el pequeño vehículo fue restaurado por el equipo de José María González para trasladarlo al museo. Beatriz Bruna explica que está en perfecto estado, pero no puede salir del perímetro portuario porque sus especiales características impiden que pase la obligada ITV.