Las grandes dimensiones de los buques compensan el descenso de las visitas
26 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El buque Oceana, con capacidad para 2.270 pasajeros, abrió ayer la temporada de cruceros en el puerto de Vigo, que dejará 73 escalas, la peor cifra en una década. En total, los cálculos apuntan que serán en torno a 150.000 los pasajeros que desembarquen, menos que en años anteriores, siempre por encima de los 170.000. De especial relevancia fueron los años 2011 y 2012, con 247.514 y 240.352 cruceristas.
En el 2016 los datos ya fueron inferiores y dejaron entrever la tendencia descendente de esta importante fuente de ingresos para la ciudad. El número de cruceros se quedó en 84, con 170.317 pasajeros, por debajo de la media anual del último lustro, que fue de cien escalas y 215.000 pasajeros, lo que situó a Vigo en el primer puesto del norte peninsular en tráfico de viajeros.
En principio, las estimaciones para este año sitúan por delante al puerto coruñés, que espera recibir 120 escalas con 170.000 cruceristas. No obstante, el hecho de que entre los buques que recalen en Vigo se encuentren los más grandes del mundo, compensa en parte la caída de escalas al trasladar un número considerable de cruceristas.
Entre los trasatlánticos se encuentran nombres tan conocidos como el Navigator of the Seas, Queen Elizabeth, Britannia y MSC Meraviglia, y las navieras más prestigiosas: Royal Caribbean, Cunard, MSC y P&O.
La mayoría de los buques tienen como procedencia o destino la terminal de Lisboa, aliada del puerto vigués para la captura de cruceros. Pese a la caída de las visitas, la dársena de la ciudad se ha visto beneficiada de la nueva terminal lisboeta frente al eje Oporto-A Coruña. Lo demuestran las escasas escalas que combinan Vigo y Leixões, apenas media docena como consecuencia de su proximidad.
Además de Lisboa, los buques que recalarán esta temporada en Vigo procederán o se dirigirán a los puertos de Southampton, Casablanca, Liverpool, Funchal, Lanzarote, Málaga y Cádiz. Salvo raras excepciones, la media de estancia se sitúa entre siete y nueve horas, tiempo suficiente para dejar en la ciudad una media de 62 euros por pasajero.