El PP presenta un decálogo para que no se repita la elevada cifra del año pasado
16 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Un domingo de enero, un autobús de Vitrasa se llevaba por delante a una pareja que cruzaba la calle Urzaiz por un lugar no permitido, provocando la muerte de una mujer. De momento, es el único deceso por esta causa del 2017, pero el año pasado la cifra fue de tres fallecimientos con un total de 176 atropellos, la más elevada del último lustro.
Ante semejante incremento, la oposición popular ha decidido ayudar al gobierno local, que dijo que estudiaría medidas tras el accidente de Urzaiz («haremos lo que nos digan los técnicos»), lo que hasta ahora no se ha traducido en actuaciones concretas. Elena Muñoz y Diego Gago, del grupo popular, creen que no es tan complicado «y se haría con un coste económico muy reducido». Esto es lo que plantean.
visibilidad
Espacio libre junto a los pasos de peatones. En algunos lugares, el peatón al cruzar tiene dificultades para percibir el coche, y viceversa. Por ello, proponen retirar las zonas de carga y descarga que estén situadas junto a los pasos de cebra, también los contenedores de basura y mobiliario urbano, jardineras incluidas. Y con carácter general, dejar metro y medio libre hasta la primera plaza de aparcamiento en el caso de las nuevas humanizaciones. De esta forma, habría mejor visibilidad para los peatones e igualmente en el caso de los conductores.
vallas
Si no se puede cruzar no hay riesgo. Es un sistema clásico, un poco de siempre si se quiere, pero extremadamente eficaz. Se trata de colocar vallas en los sitios donde expresamente se quiera impedir el paso a los peatones. El PP señala de manera concreta los lugares cercanos a centros escolares y centros de salud, pero nada impediría extenderlo a las inmediaciones de cruces conflictivos o los centros comerciales. Ya existen en algunos puntos específicos y su efectividad está fuera de duda: rotonda de Isaac Peral o junto a El Corte Inglés, por señalar dos de ellos. En sentido contrario, plantean vallar aquellos puntos donde los peatones tienden a cruzar aunque no esté permitido. Un caso paradigmático es la Travesía de Vigo, donde se salta una mediana ajardinada de cierta altura. O la avenida de Castelao, en la que se retiraron las pasarelas elevadas, que nadie utilizaba, y se colocaron pasos de peatones regulados por semáforos.
velocidad
Evitar las «ondas verdes». El encadenamiento garantizado de semáforos abiertos en grandes avenidas, fenómeno conocido como ondas verdes urbanas, provoca el consabido efecto de velocidades superiores a las permitidas. A causa de ello hay más dificultad para frenar ante un paso de peatones. Algunas ciudades lo evitan alternando cierres de semáforos para que la velocidad de los vehículos no se dispare.
iluminación
Aumentarla en los pasos de peatones. Años atrás se colocaron farolas específicas que iluminaban pasos de peatones en puntos céntricos. Su eficacia fue casi nula ya que el aumento de la iluminación era imperceptible. No obstante, los pasos de peatones en sitios escasamente iluminados son una verdadera trampa, caso de uno recientemente pintado en la bajada de Travesía de Vigo al nudo de San Lorenzo. También plantea el PP mejorar la señalización en los pasos de peatones que concentren un mayor porcentaje de atropellos, dándoles prioridad
concienciación
Campañas y mapa de puntos negros. La DGT ha instalado señales en las carreteras en los últimos años advirtiendo de que se transita por una zona con elevado índice de accidentes, lo que incita a reducir la velocidad. Se pide algo similar en la ciudad mediante un mapa que informe de los lugares más conflictivos. Junto a ello, campañas de concienciación peatonal dirigidas también a los conductores, para que todos extremen la prudencia.