Rediseñan la seguridad de la Ciudad de la Justicia para evitar agresiones al personal

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Un altercado en una sala de lo penal de Vigo lleva a idear macrooficinas con mostrador

01 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No hizo falta llamar al diseñador de Ikea. Los propios funcionarios dieron con la solución para reducir el riesgo de ser agredidos o acosados por el público. Bastará con colocar un mostrador y derribar paredes. La idea fue promovida por los empleados del juzgado de lo penal número 1 de Vigo, después de que un ciudadano se atrincherase en las oficinas en octubre del 2016 y amenazase a las funcionarias, a las que acorraló. La propuesta ha sido asumida por el secretario coordinador de la provincia, José Tronconi, lo que le ha llevado a recomendar que se rediseñen las oficinas de trabajo para mejorar la seguridad de la futura Ciudad de la Justicia. Según fuentes jurídicas, el arquitecto Penela está al tanto del nuevo diseño, que se aplicará en las salas de lo penal, donde el perfil del litigante es más conflictivo que en otro tipo de tribunales.

El edificio que ocupará el antiguo Hospital Xeral contará, a partir de ahora, con oficinas diáfanas para evitar que un único empleado se vea atrapado en una habitación con un agresor y sin posibilidad de escapatoria. En el nuevo inmueble trabajarán decenas de funcionarios en una misma macrooficina, sin paredes, y separados del público por un mostrador. Aunque un litigante intente saltar la barrera, tendrá que enfrentarse a numerosos funcionarios a la vez. «El mostrador no va a impedir las agresiones pero reducirá el riesgo, va a ser más fácil erradicarlo en un nuevo proyecto en marcha», dijo ayer Tronconi.

La idea de la macrooficina es que haya dos por planta, una a la izquierda y otra a la derecha. Estarían trabajando muchos funcionarios de distintos juzgados, lo que se conoce como oficina común. «Será menos juzgado y más Administración», indicó el jefe de los letrados de la Justicia.

Además, habría mayor seguridad en la sala de vistas porque los testigos y los acusados entrarían por distintas puertas y no coincidirían en los pasillos.

El incidente en los juzgados de lo penal de Vigo marcó un precedente después de que el letrado judicial escribiese una carta a sus superiores en la que proponía la necesidad de adoptar medidas para proteger a los funcionarios de la oficina y que ellos mismos consideraron oportunas.

El diseño de los viejos edificios compartimentaba los despachos existentes y dejaba aislado al personal. Una funcionaria tuvo que sufrir a un airado al que acababan de confirmar un ingreso en prisión al quedar a solas con él mientras arrojaba expedientes al suelo. Antes, había amenazado con tirar un ordenador en otra oficina. El hombre se movía libremente por las dependencias preguntando por la jueza que le había impuesto la condena. Al final fue reducido por policías que acudieron al rescate.

Otra propuesta de la que se habló fue la instalación de botones del pánico en las mesas de los trabajadores de los juzgados para dar la alarma sin que los posibles agresores se den cuenta.

Guardia de seguridad

Por otra parte, el edificio de la Audiencia en Vigo incorporó un guarda de seguridad para reforzar la vigilancia en la entrada por falta de personal porque 3 de los 8 policías de los juzgados (incluye a Redondela) están de baja.