Fuga de perros debido a los petardos navideños

Antón Lois LA VOZ / VIGO

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El estruendo provoca reacción de pánico en los canes y les hace huir en dirección contraria al peligro

03 ene 2017 . Actualizado a las 11:56 h.

Aterrorizados, víctimas de un pánico incontrolable, desesperados buscando un refugio. No es la mejor forma de empezar el año pero eso le sucederá a unos diez mil ciudadanos vigueses, perrunos, pero ciudadanos al fin y al cabo, la noche de fin de año. La causa les sonará, nunca mejor dicho, porque son los inevitables petardos y artefactos pirotécnicos varios que se utilizan masivamente esa noche.

Como es tradicional, estos días el Concello editará el bando de todos los años, muy serio, advirtiéndonos sobre la prohibición del uso de estos artefactos que a efectos prácticos se traduce en el recordatorio para que mucha gente acuda a comprarlos para la gran petardada. Pocos ejemplos más ilustrativos de pasarse por el forro las normas y muy festivamente, como corresponde a las fechas.

Siendo más realistas que el Concello, y asumiendo que los bandos sirven de poco, probemos con la educación. Como decíamos, para buena parte de nuestros amigos perrunos la cosa no tiene ninguna gracia, y conviene explicar el motivo. Acudimos a quien sabe de estas cosas y llamamos a Ramalladas. Pacientemente Juan Freire nos explica y les explico: que si nos tiran un petardo nos llevemos un susto es una reacción natural que compartimos humanos, perrunos y todo bicho viviente (parte de la gracia consiste en eso). El problema radica en cuando ese susto inicial deja de ser instantáneo y provoca una reacción de pánico. Nuestros colegas perrunos urbanos no están acostumbrados a ese estruendo repentino y, si se trata de perros especialmente sensibles, poco equilibrados o la combinación de ambas cosas, el pánico les bloquea y reaccionan instintivamente. Esa reacción se traduce, en el fondo con buen criterio, en salir huyendo en dirección contraria al peligro, o bien buscando refugio. Aproximadamente un tercio del personal perruno vigués lo sufre en mayor o menor grado y a consecuencia del mismo estos días son decenas los avisos de perros perdidos porque, en un ataque de pánico, se escaparon de sus dueños y salieron por patas víctimas de un ataque de ansiedad.

La buena noticia es que si de algo podemos presumir en Vigo es de nuestras redes de solidaridad. Las horizontales, las autoorganizadas por la gente común para ayudar a la gente común, las que llenan el hueco cada vez mayor donde no llegan las administraciones. Si me disculpan el inciso, permítanme desear un feliz año a Os Ninguéns, la RSP, Vida Digna, la plataforma antidesahucios y tantas otras. Las personas, lo primero. Dejando esto claro, existen también, menos conocidas pero igual de eficientes, las redes de solidaridad perrunas de Vigo, que estos días están especialmente activas buscando perros fugados. Son estas: He visto un perro perdido en Vigo, https://www.facebook.com/groups/HeVistoUnPerroPerdido/; Con mi perro en Vigo si puedo, https://www.facebook.com/groups/conmiperroenvigosipuedo/. Cuentan con una red de voluntarios, coordinadores, rastreadores, pegada de carteles, difusión, aportaciones económicas para casos de atención veterinaria urgente, acogidas en casas mientras no aparecen los dueños etc. En los últimos meses muchos perros y gatos perdidos han sido localizados rápidamente gracias a estas redes y a las personas que dedican su tiempo y su dinero altruistamente a ello. Sobre todo en casos de pánico, como las fugas por los petardos, es importante localizar cuanto antes al animal para evitar atropellos o cualquier otro tipo de daño. ¿Qué podemos hacer? Vigilar a nuestros compañeros perrunos y ver cómo reaccionan con los petardos y demás ruidos sorpresivos. Los días de la petardada no dejarlos solos, procurar no sacarlos a la calle en la hora H, si están en fincas meterlos dentro de casa, organizarles una zona para refugio debajo de una mesa, un transportín abierto, una caja o similar, con una manta por encima que les haga sentirse protegidos. No darles más mimos de los necesarios, ya que esto puede aumentar su ansiedad, pero sí acompañarlos y hablarles tranquilamente.

Y por si acaso, por si nada de lo anterior funciona, y porque los accidentes ocurren, siempre tener a nuestros compañeros identificados con chip y con chapa con nuestro teléfono. Muchas horas de angustia de muchos perros se pueden evitar si podemos localizar a sus compañeros humanos cuanto antes. Y como también sabemos que desgraciadamente se van a seguir perdiendo y encontrando perros en nuestra ciudad, agradecer a todas las personas voluntarias que han estado y estarán pateando las calles y los montes de nuestra comarca para rescatar a perrunos abandonados y perdidos, dejando incluso a sus familias o sus celebraciones navideñas. Por todo ello en nombre del galgo Teo (al que los petardos afortunadamente le dejan indiferente) les deseamos muy feliz año.