De forma complementaria abre mercado para especies como el pepino de mar
15 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La obligación de desembarcar todo el pescado que entre en la red a partir del 2019 es un escenario que sigue generando muchas dudas en el sector sobre cómo se va a implantar. «Es una situación compleja», reconoce Javier Touza, presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi), organización que lleva años buscando soluciones para los descartes. Por una parte, para evitar capturas no deseadas y, por otra, para el aprovechamiento comercial de especies que, por su baja o nula rentabilidad, se devolvían al mar.
En el primer caso, están participando en el desarrollo de aparejos selectivos para pesquerías de arrastre en los distintos caladeros, especialmente en el de Gran Sol. Con esta zona como objetivo, en el 2014 iniciaron un proyecto en colaboración con el Instituto de Pesca del Mar Báltico en Rostock (Alemania) con dos especies en el punto de mira: gallo y rape. La falta de fondos impidió abordar la parte práctica. «Los recortes nos dejaron sin las ayudas previstas y hubo que retrasarla», explica el responsable de I+D de la Cooperativa de Armadores, Jorge Romón, que afirma que el próximo año prevén realizar las pruebas definitivas con el aparejo ya diseñado. «Hicimos unas ya en marzo, pero no obtuvimos resultados concluyentes debido al mal tiempo que hubo durante la campaña», dice.
Lo que sí pudo hacerse en marzo fue adaptar el aparejo, en este caso rapantero, a las especificaciones del oceanográfico alemán Walter Herwin III, que es el buque elegido para los ensayos. «Hacerlos en un pesquero requiere interrumpir su trabajo habitual y perder al menos una marea, lo que supone un coste altísimo», señala Jorge Romón. En marzo también se avanzó en el entrenamiento de la tripulación para trabajar con el aparejo español. «No todos son iguales, cada flota tiene su estilo y se necesita una adaptación», explica Romón.
Son las buenas relaciones que Arvi mantiene con el Instituto de Pesca del Mar Báltico en Rostock (TI-OSF), lo que ha propiciado la elección del Walther Herwin III para probar las redes. La colaboración, explica Romón, se ha establecido gracias al investigador español Juan Santos, que actualmente trabaja en dicho centro. Todo el desarrollo del proyecto cuanta con la colaboración del Centro Oceanográfico de Vigo.
El otro terreno en el que está trabajando Arvi en relación con los descartes es el del aprovechamiento de especies con escaso valor comercial en Europa aunque apreciadas en otros mercados.
Es el caso del pepino de mar, muy demandado en Asia, especialmente en China. A este país se exportaron el pasado año 1.000 toneladas capturadas por la flota viguesa que faena en aguas de Gran Sol. «Hasta la fecha, es el éxito más grande de aprovechamiento de descartes», reconoce Romón, que dice que se está pagando a unos tres euros el kilo. Otras especies poco conocidas que han empezado a promocionar son la langostiña, el carnavalito y el marujito.
La preocupación que provoca en el sector la cada vez más próxima aplicación de la normativa sobre descartes, queda patente en la jornada que Arvi celebrará el próximo día 20, en la que un panel de investigadores pondrán sobre la mesa distintas experiencias. Abrirá la sesión el científico del Centro Oceanográfico de Vigo Julio Valeiras, que hablará sobre estrategias para la reducción de descartes, medidas técnicas y selectividad pesquera.
Intervendrán también Manu Sistiaga y Luis Arregui, representantes del centro de investigación noruego SINTEF y del centro de investigación marina AZTI, respectivamente, que relatarán las experiencias en la flota de arrastre al fresco que opera en la costa francesa. Cerrarán la jornada el científico holandés Pieke Molenaar (IMAREST) y Ricardo Pérez, del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, que hablarán sobre la colaboración entre científicos e industria para el desarrollo de un arte selectivo para la cigala, y el aprovechamiento de los descartes.