El director general de Pemex visita Barreras para decidir el futuro del astillero

s. antón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

José Antonio González Anaya llegó a la petrolera hace nueve meses con el cometido de rebajar costes

22 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El director general de Pemex, José Antonio González Anaya, tiene previsto visitar mañana Barreras donde, entre otras cuestiones, hablará sobre el futuro del astillero. La visita se produce en un momento especialmente delicado tanto para la petrolera mexicana, principal propietaria de la factoría viguesa, como para esta última, sin carga de trabajo desde que hace dos meses anunciara la entrega oficial del flotel, pese a que el barco no solo permanece atracado en Beiramar, sino que se sigue trabajando a bordo.

González Anaya está realizando una gira por varios países europeos en busca de inversores, ya que la reforma energética impulsada por el presidente Peña Nieto abre el camino a la inversión privada en el sector. Precisamente acelerar el desarrollo de dicha reforma es uno de los dos encargos urgentes que recibió del presidente del país tras su nombramiento. El otro fue reducir costes. Este es el que podría afectar a Barreras, ya que aunque fuentes del girante mexicano aseguran desconocer que el astillero esté en venta, no niegan esa posibilidad. De hecho, podrían haber recibido ya alguna oferta.

El peor año de la petrolera

Pemex es la mayor empresa de México y en el 2015 presentó un balance con unas pérdidas de 40.000 millones de dólares. El propio González Anaya ha recocido que ha sido el peor ejercicio de la compañía. Cuando en el 2013 se convirtió en el principal accionista de Barreras -pagó 5,1 millones de euros para garantizarse el 51 % de la propiedad-, nadie imaginaba una caída tan en picado del precio del petróleo. De hecho, la delegación de Pemex que, encabezada por el entonces coordinador de asesores de la petrolera, Carlos Roa, se trasladó a Vigo para cerrar el contrato del flotel, anunció una lluvia de millones (más de 300) en forma de seis pedidos de otros tantos barcos que jamás llegaron.

Pemex no tiene ninguna prisa por llevarse el flotel de Vigo. Igual que les pasa al resto de las petroleras lo que le sobran son barcos inactivos por falta de trabajo. Un ejemplo claro son los buques de proa invertida que desde hace meses mantiene atracados en el pantalán número tres la noruega Bourbon Offshore. «Las prospecciones están paralizadas hasta que vuelva subir el precio del crudo, y les da lo mismo amarrarlos aquí que en Noruega, con la diferencia de que aquí las tarifas son más baratas», afirma un empresario que conoce bien el sector.

Barreras lleva meses intentando cerrar el contrato de un crucero de 170 metros de eslora con la naviera Dolce Cruise cuya inversión estimada es de 180 millones de euros. Fuentes próximas a la empresa afirman que solo esperan a concretar la financiación para cerrar la operación, en tanto otras no menos próximas aseguran que «ese pedido podría llevar a la factoría a la quiebra» porque la ría de Vigo no está especializada en el naval de lujo.