Los costes de la obras de reforma de Balaídos los paga el Ayuntamiento con la Diputación y una pequeña parte corre a cargo del Celta, que es el usufructuario de Balaídos hasta mayo del 2034, si no hay cambios de propiedad en el club en cuyo caso el Concello tiene que dar el visto bueno a mantener el convenio actual que se firmó en el 2009. El acuerdo actual se firmó en un momento en que el Celta estaba en concurso de acreedores y en ese momento la solución era o liquidar el club o llegar a un acuerdo con al deuda, que supuso una quita del 85 %.
Gracias al apoyo municipal el club salió adelante económicamente y pudo mejorar sus cuentas. Así que los interesados en adquirirlo se encuentran con una entidad saneada y con múltiples ingresos publicitarios debido a su triunfante trayectoria.