La ciudad ostenta el liderazgo de Galicia de canes peligrosos con 1.376 censados
04 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Vigo no solo está a la cabeza de las ciudades gallegas por número de habitantes, sino también por mascotas y en especial por perros. Buena muestra del crecimiento de estos animales es que solo en el 2015 el censo aumentó en 3.641 frente a los 2.288 de A Coruña, la siguiente en la lista, mientras que Pontevedra se sitúa en el cuarto puesto con 1.291.
En lo que se refiere a la provincia, en lo que va de año ya son 11.839 los censados y a lo largo del 2015 llegaron a los 17.000.
El presidente del Colegio de Veterinarios de Pontevedra, Luis Núñez, achaca este crecimiento no solo al aumento del número de ciudadanos que opta por tener una mascota en casa, sino también a la mayor concienciación de la necesidad de censarlos. Un perro sin identificar es mucho más difícil de encontrar en caso de extravío. De hecho, se ha dado la circunstancia de uno que desapareció en Vigo y se encontró en Madrid gracias al microchip.
El hecho de que cada vez viva más gente sola tiene también mucho que ver con el incremento de este tipo de animales de compañía, incluso de los calificados como peligrosos. En este apartado de nuevo Vigo encabeza la lista, tanto en terminos absolutos como relativos, con 1.376 censados como peligrosos. Muy por debajo están A Coruña (754), Lugo (430), Pontevedra (397), Ourense (331) y Santiago de Compostela (261).
El liderazgo vigués en el ámbito de las mascotas no ha sido suficiente para lograr una demanda que se repite año tras año. Se trata de la playa para canes, experimentada con carácter transitorio en la isla de Toralla.
Uno de los principales problemas que afecta al sector de los animales de compañía es la subida del IVA a los servicios veterinarios trece puntos en el 2012.
Esto, unido a la crisis económica, llevó a los propietarios de mascotas a prescindir de las consultas y a las clínicas veterinarias a reducir el margen de beneficio para no repercutirlo en el cliente, según explica Luis Núñez.
El Colegio de Veterinarios de Pontevedra ha trasladado su apoyo a Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, para que defienda hoy en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley de Esquerra Republicana que reclama una rebaja de ese IVA. «Creo sinceramente que fue un error esa subida y por eso entendemos que es de justicia que las clínicas veterinarias vuelvan al tipo reducido y que como tal lo entiendan los diputados y lo apoyen con su voto favorable», comenta Núñez. Recuerda la labor preventiva en el control de zoonosis que se lleva a cabo en estos centros, lo que supone un gran ahorro para las arcas públicas.
Desde el Colegio de Veterinarios de Pontevedra recuerdan que el pasado 3 de marzo el Gobierno gallego avanzó el inicio de la tramitación del anteproyecto de la Ley gallega de protección y bienestar de los animales de compañía. Entonces aseguraba que la nueva normativa se equipararía a la de otras comunidades y estados europeos. Entiende que después de 23 años desde la publicación de la ley anterior, es el momento adecuado para establecer las normas necesarias para la convivencia de los ciudadanos con los animales de compañía. Identificación de los animales, evitar el maltrato y las molestias y la contratación de un seguro son algunos de los aspectos que cree debe contemplar. «Creemos que quien tome la decisión de adquirir una mascota es responsable de su salud y bienestar y tiene que ser consciente y asumir los deberes y responsabilidades que implica. Eso hace necesaria la intervención de las administraciones públicas, que deben realizar una labor de información, seguimiento de las normas y sensibilización de los propietarios», indica el presidente del Colegio. La institución pide que la identificación obligatoria de mascotas incluya gatos y hurones, como se hace en otras comunidades, y no solo perros.
«Operé de los ojos a una serpiente del zoo»
Una de las consecuencias de la proliferación de mascotas en Vigo es la existencia de servicios específicos de todo tipo: clínicas veterinarias de atención general, peluquerías, residencias, paseadores...
La veterinaria oftalmóloga Begoña Martínez Astor lleva once años cuidando los ojos de las mascotas. En sus inicios fue pionera en España por la dedicación exclusiva a oftalmología veterinaria y todavía lo es en Galicia y norte peninsular. Empezó en Pontevedra y hace cinco años extendió su servicio a Vigo bajo el nombre de S.O.V.I. (Servicio de Oftalmología Veterinaria Interclónico). En el 2015 lo amplió a Santiago y A Coruña.
Para conciliar la vida familiar y laboral comenzó trabajando con cita previa y así continúa en los cuatro centros.
Entre las dolencias que trata figuran afecciones corneales, ulceras, cataratas, perforaciones y alteraciones palpebrales.
Sus clientes no son solamente los canes. Por la mesa de operaciones pasan animales de todo tipo: conejos, gatos, hurones.. «Operé de los ojos a una serpiente del zoo de Vigo, en concreto de una queratopatía bullosa. No cambió bien la piel (la muda de los ojos) y se quedó atascada. También operé a un hurón de cataratas, aunque lo más común que vemos en la clínica son perros y también gatos», explica la profesional.
Al principio eran las propias clínicas veterinarias las que le remitían a los animales. Esto ha ido cambiando con el tiempo y en la actualidad los propietarios de mascotas suelen acudir directamente. «Ahora la gente busca más la especialidad en una patología concreta que le resuelva el caso a la primera. No quiere dar vueltas. Hay traumatólogos, dermatólogos. En general vemos los casos en primera instancia, se buscan servicios específicos», apunta.
Si tras la intervención la mascota requiere permanecer ingresada, los centros ofrecen también servicios de hospitalización. Lo que se detecta, tanto en estos centros como en otras clínicas de mascotas, es un mayor cuidado de los propietarios por mantenerlas en buen estado de salud. Cualquier detalle es consultado a los profesionales.
«Mola pasear los canes; cada uno tiene su propio carácter»
Micha Zielke es un apasionado de los animales. Por eso no le llega con sacar a la calle a los suyos, sino que pasea también a los de otros. Reconoce que es normal que los perros salten de alegría cada vez que le ven «porque siempre mola pasear» y que cada uno tiene su propio carácter.
Eso no evita que si hay una bronca entre dos, el resto se apunte por muy pacíficos que sean. Suele llevarlos por la zona del Náutico para que se expandan. Confiesa que tiene manía a los dueños de perros que no recogen los excrementos «porque después nos odian a todos». Lleva años recogiendo pan por los locales para la protectora de animales de Tui y necesita un bajo por el Casco Vello para guardar los sacos.