La guerra en el PP vigués se recrudece y ya hay 4 posibles candidatos a presidirlo

VIGO CIUDAD

Lucía Molares y Jorge Conde admiten que se lo piensan; Javier Guerra dará la batalla

28 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El PP de Vigo ha tomado una buena bocanada de oxígeno tras las elecciones autonómicas. En la ciudad de Galicia que más le preocupaba, la formación conservadora logró repetir el mismo resultado que hace cuatro años: 50.000 votos en un contexto adverso. Pero ahora que la espuma del subidón electoral empieza a bajar, emergen los cuchillos. Porque el partido vive días tumultuosos.

Hasta el punto de que podrían llegar a formarse hasta cuatro candidaturas para presidir el PP de Vigo, que lleva año y medio en situación de interinidad. Frente al oficialismo que representa Elena Muñoz ha surgido contestación. Uno de los hombres que más se está moviendo es Javier Guerra. Se da por hecho, salvo acuerdo de última hora, que Guerra pugnará por presidir el partido en Vigo. Sus llamadas a militantes y cargos han sido constantes en los últimos tiempos.

Pero han surgido más nombres, como Lucía Molares y Jorge Conde. «No voy a ocultar que hay militantes que me han llamado y me están animando a dar el paso», reconoce Lucía Molares. La exdelegada de la Xunta en Vigo es actualmente presidenta de la Sepes, la sociedad estatal de suelo empresarial, y ha tenido varios cargos institucionales en Vigo. Molares, que tiene su despacho en Madrid, ha respondido a esas llamadas a la gallega: ni sí ni no. «Yo lo que quiero es que las cosas vayan bien y el partido debe ilusionar a la gente», dice. Pero no se autodescarta, ni mucho menos. «Tomaré la decisión cuando se convoque el congreso, a día de hoy todavía no he decidido si voy a presentarme», asegura.

La opción que tome Molares, amiga de Ana Pastor, tendrá mucho que ver con lo que haga Javier Guerra. Fuentes del PP aseguran que el exconselleiro de Economía incluso quiere integrar a Molares en su equipo, en vista de que una parte de la militancia le está pidiendo que dé el paso y podría tener su tirón.

Porque los nombres surgen desde abajo. Hay gente en el partido cabreada con el rumbo que ha tomado. Sobre todo la gente de las parroquias, que recuerda que pisa la calle y trabaja para conseguir votos. El resultado en las municipales fue determinante: fue el peor en la historia del partido en Vigo y muchos consideran que la dirección no asumió responsabilidades ante la militancia. A eso se suma que Elena Muñoz fue una candidata impuesta desde Santiago, puesta personalmente por Feijoo, aunque se vistiese formalmente haciendo que fuese elegida por la junta local.

Por eso fue significativo lo que ocurrió en la sede de Areal en la noche del 25S. Feijoo acababa de ganar las elecciones y el PP era la fuerza más votada en Vigo. Lejos del triunfalismo, el discurso del presidente local, José Manuel Figueroa, se convirtió en un enigmático llamamiento a la «unidad» del partido. En ese momento, Elena Muñoz escuchaba acompañada por un grupo de cargos y Javier Guerra, alejado, atendía con otro grupo.

Si del exconselleiro de Economía dependerá lo que haga Lucía Molares, lo mismo ocurre con Jorge Conde. «No he decidido aún si me presento yo o apoyo a Javier Guerra», asegura. «Cualquiera de las dos cosas podría ser». Por tanto, tiene claro que debe haber una alternativa al sector oficial para recuperar aquellos 76.000 votos que tuvo en el año 2000. El exconcejal y abogado cree, además, que debe haber primarias y listas abiertas.

Pero todo está ahora en manos de José Manuel Figueroa. Como presidente, a él corresponde llevar una propuesta a la junta local del partido para convocar un congreso. Los críticos quieren que se celebre pronto, ya que acumula más de un año y medio de retraso. El último se convocó en septiembre del 2011.

«Todavía no se ha abordado este asunto. Primero tiene que celebrarse la junta autonómica, luego la provincial y finalmente la local», asegura Elena Muñoz, contenta con los resultados obtenidos en la ciudad e incómoda con la posibilidad de que alguien quiera removerla de un asiento que ya está acariciando. Aunque Muñoz no sea oficialmente la presidenta local, prácticamente ejerce como tal. Pero no quiere decir qué fecha prefiere.

El congreso tiene su importancia, porque puede ser el pistoletazo de salida para las elecciones municipales del 2019. El partido aspira a recuperar al menos a una parte del electorado que se fue con Caballero. El pacto de la dirección del partido en Galicia con Figueroa era convocar el congreso tras las municipales, pero las generales de diciembre lo retrasaron, después fue la repetición de los comicios y ahora las autonómicas.