Una cadena de valor global

Jesús Lampón TRIBUNA

VIGO CIUDAD

14 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace muchos años que lo que hoy es Marruecos lo fue España. El área de Tánger en la que ahora se asientan centenares de proveedores apareció para servir a las fábricas mano de obra intensiva y componentes de poco valor que hace ya años que no se hacen en España, como las cablerías. Marruecos no ha sido nunca un fabricante de automóviles. La situación comenzó a cambiar cuando Renault se implantó allí con una capacidad de producción de 340.000 coches. Ahora PSA anunció la suya para el 2019, con una previsión de 200.000 coches al año. Juntas suman la actividad que puede alcanzar la fábrica de Vigo al máximo de su capacidad. Por eso, pensando en volumen de producción, los proveedores tendrán que plantearse si les interesa o no implantarse. Renault, cuando llegó, se encontró con la falta de cultura industrial. Ahora PSA tendrá ese problema. Y es cierto que hay un tema logístico importante que obliga a los proveedores a situarse al lado de la factoría. La nueva PSA va a generar plantas en proximidad.

El problema de trabajar a bajo coste es que siempre habrá alguien que lo hace más barato. Por eso el futuro y la competitividad están en el valor añadido, no en el precio. Ya no somos un país periférico, pero tampoco somos Alemania ni Francia. Debemos tener claro en qué lugar de la cadena de valor global estamos y qué sitio queremos ocupar.