La Policía Local impide estacionar coches en los accesos del hospital y en la rotonda de urgencias
13 sep 2016 . Actualizado a las 13:07 h.El accidente ferroviario de O Porriño obligó a trasladar a 20 heridos al Hospital Álvaro Cunqueiro, lo que puso en evidencia el caos de tráfico que reina en los accesos. Se trató de una situación de extrema urgencia, con ambulancias entrando y saliendo, y con un herido que falleció a las puertas del hospital tras padecer una insuficiencia cardíaca. A lo largo de la jornada, pasaron por allí nueve televisiones españolas y portuguesas, un conselleiro de Sanidade y otras autoridades. Esa misma tarde del viernes, la Policía Local de Vigo entró con varias grúas y limpió de coches los atascados accesos de urgencias. Pero a las 18.00 horas, todavía quedaba una fila de 50 turismos aparcados en la línea continua de un carril de entrada.
El asunto está pendiente de resolución en los juzgados, pero el Concello ha movido ficha. Ayer desaparecieron las filas de coches mal aparcados en los viales de acceso al hospital y en la rotonda de urgencias. La Policía Local de Vigo tomó cartas en el asunto al poner conos para evitar que nadie más estacionase en sitio indebido. La grúa también actuó y los conductores se arriesgan a una multa, una petición que la Xunta le había reiterado al Concello.
Recientemente, los conductores de autobús y de ambulancias ya mostraron su malestar y anunciaron su intención de emprender movilizaciones. En el tránsito de vehículos de emergencias e incluso para los buses de Vitrasa que no pueden cruzar por medio de los vehículos que obstaculizan el paso entre distintos habitáculos del hospital. Para maniobrar, los autobuses deben bajar hasta la VG-20, girar en la rotonda, volver a subir al hospital y torcer hacia la fachada de consultas, con una pérdida de varios minutos.
Resta por saber si la medida aplicada ayer y que dejaba una imagen inédita del hospital desde que este se puso en marcha tiene ahora continuidad. El Sergas quiere el Ayuntamiento asuma sus competencias y controle el tráfico en la zona, aunque el gobierno local sostenía hasta ahora que se trataba de un recinto privado. Lo cierto es que la Policía Local ha empezado a tomar medidas drásticas por primera vez.