Sanidad reconoce vertidos de una empresa pero no puede cerrarla
18 ago 2016 . Actualizado a las 04:00 h.Desde comienzos de la década de los setenta, el concejal Antonio Nieto Figueroa, conocido como Leri, mantenía una guerra contra la marea roja que soportaba la playa de Samil debido a los vertidos que las industrias realizaban en el río Lagares.
El 18 de agosto de 1974, Leri llevaba a la prensa las conclusiones de la Jefatura de Sanidad. «En este sentido, tengo conocimiento de que se han ordenado medidas procedentes a evitar de forma definitiva los vertidos de la empresa de Alejandro Fernández, causante principal, si no único de los desastres», decía el escrito.
Sin embargo, Sanidad recordaba que no tenía capacidad ejecutiva por lo que la macha roja siguió tiñendo el arenal vigués. Curiosamente, al día siguiente, la comisión de aguas de la Confederación Hidrográfica sancionaba con diez mil pesetas a la empresa Prebetong Galicia por un vertido de cemento y arena al río Lagares.
En cualquier caso, los problemas del río principal de Vigo se mantuvieron hasta mediada la década de los años noventa, cuando realmente se afrontó el problema. Primero, se realizó un gran canalización del cauce y después se impuso una vigilancia real sobre las empresas más cercanas.