El empresario de 16 años que pone luces y sonido en las verbenas gallegas

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

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MARTA CLAVERO / DANIEL PORTELA

A pesar de su corta edad, ya es un experto en el montaje de equipos profesionales para espectáculos

04 ago 2016 . Actualizado a las 21:07 h.

A Óscar Conde una vez lo echaron de malos modos de un escenario porque qué iba a saber un chaval de su edad sobre cómo solucionar los fallos de programación de las luces y el sonido de una orquesta. Aquel músico tuvo que rectificar cuando días después, buscando un buen profesional, desde una importante compañía le dieron su número de teléfono. Era su persona de referencia en Galicia. Posiblemente Óscar es, con 16 años, una de las personas más jóvenes del país que lleven una empresa. Pero sobre todo, este vigués que estudia un ciclo formativo de electrónica en el IES Ricardo Mella es un apasionado de lo que hace. De otra forma no podría aguantar unas largas jornadas de trabajo, que sabe cuando empiezan, pero nunca cuando acaban. Tiene dos trabajadores adultos a su cargo, y otros dos que colaboran con él de forma puntual.

Domina todos los equipos que se utilizan en el montaje de los escenarios y habla de marcas, componentes y precios de la misma forma que cualquier otro joven de su edad lo puede hacer de videojuegos o de series de televisión. «Hacemos todo, desde que el pensamiento de lo que ese puede hacer hasta que la gente está saltando como loca delante del escenario». Así resume el trabajo que le consume la mayor parte de su tiempo durante esta época estival en la que se encuentra muy solicitado por la gran cantidad de actuaciones musicales que animan el ambiente en verano en todos los puntos de la geografía gallega. Alrededor de 30 fechas están marcadas en su calendario. Además es el encargado de la distribución de las firmas de sonido e iluminación Audiocenter y Briteq. «Tenemos lo más potente del mercado», afirma.

Gracias a su discoteca móvil ha recorrido numerosas poblaciones de Galicia, rentabilizando al máximo su equipo, puesto que al tiempo que ameniza fiestas y eventos, realiza demostraciones sobre la calidad de su material. «En los bolos, si consigues que el cliente se fije en tu producto, de paso consigues un dinero extra para traer para casa, que es de lo que se trata», afirma. Su equipo profesional, que suma decenas de miles de euros, está en buenas manos con él y, si fuera necesario ampliarlo, una empresa asociada de Málaga le suministra más material.

A los doce años

A pesar de su corta edad, se considera todo un experto en lo que hace. Tenía 12 años cuando entró en contacto con el mundo de las luces y el sonidos de los eventos y espectáculos. Fue gracias al técnico de la orquesta Gran Parada. Después trabajó cuatro temporadas con la orquesta Yucatán, al tiempo que iba creciendo su curiosidad por esta dedicación. «Es algo que siempre me gustó. Siempre que hay una fiesta me voy para el chiringuito donde están los aparatos», afirma.

Durante este tiempo ya se ha dado cuenta de qué va el percal en su sector. «Es un mundo muy abusivo, en el que todo el mundo quiere sacar su máximo beneficio, pero todo no se puede», afirma, mientras prepara los equipos en el exterior de la nave que tiene en Lavadores para su próximo compromiso. Pero el campo de mercado puede ser amplio. «Estamos en una época e la que muchas orquestas trabajan con equipos destartalados», asegura.

«Quiero que la sociedad esté a mi nombre y no al de mi madre»

Óscar Conde es el alma máter de la compañía 76 Audiovisuales. La empresa está a nombre de su madre. Asegura que Hacienda no permite que un menor de edad figure en la estructura de una sociedad mercantil. Pero la presencia de su madre en la empresa es meramente testimonial, puesto que él se encarga de todo. Óscar no está de acuerdo en que no pueda figurar como titular de la empresa y lamenta que hoy en día no se conciba ningún apoyo a menores de edad que sean emprendedores.

Solo el apoyo familiar le ha permitido afrontar una inversión inicial en la compra de los equipos que ya está amortizando en cada uno de los espectáculos para los que le contratan.

«Hay personas con más de 18 años que tienen una mentalidad de 10, mientras otras de mi edad que nos vemos capaces de aportar nuestro trabajo a la sociedad y que podemos dar mil vueltas a los políticos», afirma.

A Óscar le gustaría que jóvenes de su generación se sumaran al carro y trabajaran con él en la empresa. «En lo que piensan muchos a esta edad es en jugar a la Play o fumarse un porro. A veces te avergüenzas de lo que ves, como cuando voy a una fiesta y veo delante del escenario a chavales de 13 o 14 años que acaban borrachos perdidos. Entonces piensas que así va el país», afirma.