Muñoz y Guerra no consiguen pactar de momento una lista única en el PP

l.c.llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

óscar vázquez

La portavoz municipal dice que desconoce si va a haber o no dos candidaturas

14 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La precandidata a presidir el PP de Vigo, Elena Muñoz, considera que «no es el momento» de debatir sobre la rivalidad para dirigir el partido en la ciudad y que lo corresponde es «estar unidos» con el objetivo de ganar las autonómicas. Preguntada al respecto Muñoz desconoce si «va a haber o no dos opciones», lo que indica que, aunque haya habido contactos entre Javier Guerra y ella todavía no se ha producido esa confluencia anhelada desde la dirección gallega. En el partido saben que las autonómicas se juegan en la ciudad, la plaza donde el PP tiene más fuerza, con casi seis mil afiliados y donde la ola de las mareas está creciendo también, aunque en las pasadas generales el PP se situó por delante. Con este contexto el partido quiere cerrar filas y que todos remen al unísono en la trainera que tiene venir cargada de votos antes de que suba demasiado la marea. Por ese mismo motivo el exconselleiro Javier Guerra todavía no se ha pronunciado en público sobre la situación del partido. Lo cierto es que hay un sector descontento que tiene gran peso entre la vieja guardia y que vería con buenos ojos una presidencia a cargo de Guerra y la secretaría general en manos de Elena Muñoz. Sin embargo, ella también quiere ostentar la presidencia. El cargo da cierta libertad de maniobra para influir en la designación de candidatos a diputados, senadores etc. y da un poder de maniobra que ahora es más limitado por la situación de interinidad. El actual presidente, José Manuel Figueroa, se va retirar en el próximo congreso que se ha ido aplazando sucesivamente. Esto en lugar de calmar los ánimos hace que entre los militantes más críticos se genere el síndrome del quemado. Y esto es una rémora para ganar las elecciones porque hay afiliados de base desmotivados.

La disputa por el control de la formación se produce después de ciertos movimientos dados por la dirección del partido que dejaron descolocados a buena parte de la militancia. El primero fue cuando se apartó a José Manuel Figueroa de ser cabeza de lista a la alcaldía de Vigo. Muchos contaban con él. Luego se supo que quizá no se encontraba en su mejor momento para asumir el reto.

De un día para otro Alberto Núñez Feijoo sondeó a Javier Guerra. Pero en ese momento el empresario tampoco se hallaba en condiciones de encabezar la lista por motivos familiares y profesionales. En ese momento se encontraba en un momento de cambio con la venta de la que fue su marca durante años, y no tuvo tiempo de consensuar con su familia, para él muy importante.

Ahora las circunstancias laborales y profesionales son otras, y Guerra está liderando con fortuna otra empresa textil implantada en grandes superficies. El quiere que su éxito empresarial vaya acompañado de un papel político más relevante.