Un abogado comprometido con las causas sociales

VIGO CIUDAD

Ramón Poch, que ejercía desde los años 80 en Vigo, peleó para evitar la entrada en la cárcel de toxicómanos

04 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El abogado penalista Ramón Poch, fallecido por enfermedad el jueves a los 61 años, deja un emotivo recuerdo entre los colectivos sociales de Vigo. Quizás el más recordado sea su fuerte compromiso para ayudar a las madres que tenían hijos que cayeron en la droga.

La muerte de Poch se produce solo unos meses después del fallecimiento de otro prestigioso penalista, Carlos Borrás. Esta generación de abogados vivió, al inicio de su profesión, momentos muy difíciles en Vigo. De origen palentino, Poch desembarcó en la ciudad en los años 80, en plena lucha de la asociación Érguete contra el narcotráfico. Adoptó una postura humanitaria y peleó por buscar atenuantes a sus defendidos que habían actuado bajo los efectos de los estupefacientes.

La lucha para mejorar la situación de las víctimas de las drogas se remonta a su juventud. Fue Ventura Mariño el primero que logró la atenuante por drogadicción en Pontevedra, algo que hace unas décadas ni se podía mencionar. Poch y otros penalistas lograron que la doctrina jurisprudencial considerase la toxicomanía como una enfermedad. Gracias a su labor, hoy muchas víctimas de la droga que delinquen logran que su pena de cárcel se transmute en un período de rehabilitación. «Fue un hombre comprometido que siempre estuvo a favor nuestro, nos apoyó y asesoró y defendió nuestra causa. Estuvo a nuestro lado hasta el final, me decía: 'Carmen, sigue adelante'. Para mí es como si hubiese fallecido un familiar, un hermano. Lo llevo en el corazón», contaba ayer emocionada Avendaño, quien le transmitió el pésame a sus hijos y esposa.

Metódico y riguroso, en los últimos años logró éxitos profesionales como la absolución de una propietaria del edificio Odriozola o la exención del crimen de la calle Brasil, que se celebró por jurado y que a primera vista parecía de difícil resolución. Poch dirigió la defensa en causas muy complejos como el del administrador Bautista y prestó sus servicios a implicados en procesos de corrupción. En los últimos meses, a pesar de lo avanzado de su enfermedad, insistió en acudir a los interrogatorios en los tribunales. Hace poco, la presidenta de Érguete, Carmen Avendaño, fue a su casa para animarlo a acudir a una cena de la asociación. Accedió. Lo esperaban las madres viguesas para rendirle un homenaje.

e. v. pita vigo / la voz