«Saber de vinos da poder y mi misión es hacer que la gente sepa y disfrute con él»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

Sarah Jane Evans, experta en vinos españoles y en chocolates, es una de las invitadas al Atlante Wine Forum celebrado en Vigo

19 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Viticultores, bodegueros, enólogos, sumilleres, distribuidores o empresarios del sector se dieron cita ayer en Vigo para participar en la primera edición de Atlante Wine Forum, organizado por el Instituto Galego do Viño que dirige Xoán Cannas. Al encuentro han acudido destacados expertos internacionales. Entre ellos, la presidenta del prestigioso Instituto Masters of Wine de Londres, Sarah Jane Evans, que desde que en los años 70 descubrió el vino en España, se ha convertido en una de las figuras más relevantes del gremio aunque no se ha encasillado en un solo tema. Por ejemplo, es una de las fundadora de la Academy of Chocolate.

-Usted rompe el tópico. ¿Qué hace una inglesa sabiendo de vinos?

-Y rompo otros. En Inglaterra y en Gales tenemos un vino buenísimo. Los mejores son blancos, vinos atlánticos muy frescos, y algunos espumosos de un nivel fabuloso hecho con variedades del champán, pero la producción es pequeña. Cuando era estudiante en la Universidad de Cambridge, en los actos académicos era muy habitual beber una copa de jerez, pero mi inmersión se produjo cuando con 18 años fui a Madrid para trabajar una temporada como au-pair y después hice un viaje por Andalucía y descubrí el jerez. De esta forma, España se quedó para siempre en mi corazón. Años más tarde, acompañé a mi marido a las clases del Wine & Spirit Education Trust, es una escuela que vale la pena para alguien interesado por este tema y se puede estudiar en 40 países, entre ellos España, y en diferentes niveles. No es para sumilleres, sino para aprender a apreciar el mundo del vino y aprender a catarlos y describirlos.

-Pero su catálogo de intereses es mucho más amplio, ¿no?

-Sí, me interesa la gastronomía, sobre todo el lenguaje de los sabores, su descripción, el vocabulario. Con el vino me ocurre lo mismo. Pero además me encanta el ambiente del mundo del vino porque son personas apegadas al terruño. Influye el suelo, el clima... pero también la gente. Y además veo que aquí hay bastantes más mujeres enólogas que en otros sitios.

-¿Sigue siendo un sector muy masculino?

-Cada vez menos. Recientemente hicimos en Londres una cata de 98 albariños Rías Baixas con la revista Decanter. Todos recibieron la valoración de bien o muy bien, pero los dos que salieron como los mejores fueron Pazo de Señoráns, conocido por ser un negocio que llevan mujeres, y el otro fue Mar de Frades, donde también tienen como enóloga a una chica.

-¿Las cervezas no le interesan?

-Solo bebo cerveza cuando vengo a España y hace mucho calor. Ahora está cambiando, porque las hay artesanales que son interesantes. Pero para mí hay un enorme mundo de vinos y voy a pasar mi vida descubriéndolo.

-¿Qué pasó con sus estudios en Cambridge?

-Estudié dos años de latín y griego y un año de ciencias sociales y políticas. Lo bueno de Cambridge es que puedes mezclar disciplinas. Mi interés final ha sido la comunicación y la producción. Empecé dirigiendo el periódico de la universidad y luego fui editora de libros durante diez años. Me encanta el papel impreso, las ideas escritas, sólidas, que se pueden tocar. También fui editora de la revista de gastronomía de la BBC Good Food. Ahora escribo de vinos españoles y de Sudamérica, hago catas y presido el jurado de la más grande del mundo, Decanter Word Wine Awards para la sección de vinos españoles.

-¿Hay que nacer para esto o se puede aprender?

-Hay algunas personas que nacen con una facultad superior pero la mayoría de nosotros nos lo tenemos que trabajar. Es un entrenamiento. Es normal valorar los cafés que hacen en los bares que frecuentas. Opinar del vino es más difícil, pero se puede aprender. Para mí es muy importante. Da poder a la gente. Hay mucha tontería. Me horrorizan esos sumilleres que, especialmente con las mujeres, suponen que no sabes nada y te hacen sentir incómoda. Siempre se lo dan a probar al hombre. Cuando se lo dan a mi marido les digo: «No, lo voy a catar yo». Mi misión principal es hacer que la gente sepa y disfrute con el vino. Para mí, el vino es comunicación.

-¿Qué opina de los vinos gallegos?

-Que los hay maravillosos. Conocemos el albariño Rías Baixas pero hay muchos más: godello, mencía... Hay tintos ligeros y frescos, a veces ácidos y con menos alcohol. Es el vino atlántico que buscamos ahora en el mundo. Estamos algo cansados de esos vinos grandes y pesados de Australia.