Las motos baten récords y ganan espacio

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Por primera vez los vehículos de dos ruedas motorizados de Vigo llegan a 35.100

13 abr 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Motocicletas y ciclomotores no solo sortearon la crisis en Vigo, sino que logran ahora batir todos los récords al sumar 35.100, una cifra no superada con anterioridad y que supone casi un millar más que el año anterior. La ciudad se consolida de esta forma a la cabeza del noroeste peninsular. La mayor subida se produce entre las de 250 y 500 centímetros cúbicos, con un incremento próximo al 9 %, mientras que en las de mayor cilindrada el incremento se sitúa en torno al 5 %.

Mientras que en el último lustro el número de coches descendió de forma paulatina, las motos registraron el proceso inverso y no bajaron de las 32.000.

Las asociaciones de moteros coinciden en que entre los motivos que llevan a los vigueses a decantarse por este medio de transporte figuran la mayor agilidad en los desplazamientos y el ahorro que supone de tiempo y de gasto en combustible y en zona azul.

También coinciden en destacar las mejoras desarrolladas en la ciudad, sobre todo desde hace un par de años. «El Ayuntamiento nos facilita una serie de condiciones que en otras ciudades no tienen, como es la circulación por el carril bus, aparcar en las aceras anchas, parada anticipada en los semáforos y carriles exclusivos para motos», comenta Mae Aguilar, responsable local de la Asociación Mutua Motera. De hecho, Vigo ha sido la primera ciudad de España en destinar carriles exclusivos como los existentes en Areal y Venezuela. La iniciativa se ha puesto de ejemplo en otras localidades españolas.

Aguilar no cree que la meteorología influya en su uso porque, dice, aunque en Vigo sea mejor que en otras zonas de Galicia, la gente va bien equipada y la utiliza igual. Tampoco cree que el precio de las motos tenga mucho que ver. «En el caso de las de gran cilindrada no son tan económicas, pueden llegar a los 22.00 euros. Un scooter puede salir por 1.800, que es lo que pagó mi hermano», apunta. Lo que sí tiene que ver es el cambio de normativa que permite circular a las de 125 centímetros cúbicos con el carné de coche.

El presidente estatal de esta misma asociación, Juan Manuel Reyes, suscribe las palabras de Mae Aguilar: «Es verdad que a nivel institucional Vigo ha hecho la apuesta más fuerte por la moto de toda España y por mejorar la seguridad vial. Ni siquiera Madrid o Barcelona, donde en otros tiempos se trabajó mucho, la han superado, porque en los últimos tiempos se han quedado parados y han hecho una política más de apaciguar que de trabajar», advierte.

En Vigo, según Reyes, se han empezado a cumplir los compromisos adquiridos, aunque detecta cierta relajación en los últimos seis meses. No quiere pensar que sea porque ya pasaron las elecciones locales.

Otro compromiso del Concello de Vigo es la eliminación de los guardarraíles peligrosos, en fase de ejecución, así como la sustitución de los bolardos metálicos por otros reciclados de caucho que reducen las lesiones.

«En la ciudad se apostó por la moto en un momento difícil como parte de la solución para el problema de la movilidad y de los atascos. Hace falta que continúen con los trabajos», insiste.

Lo que aún no se ha solucionado es la sustitución de la pintura deslizante, un problema que los moteros califican de muy grave al ocasionar numerosas caídas.

Más difícil de reparar es la ubicación de las tapas de alcantarillado y de otros servicios como gas y telefonía. Su colocación en medio de la calle supone una trampa para aquellos moteros que desconocen la ciudad.

El Concello ha reconocido en más de una ocasión la difícil solución que tiene este problema, ya que resulta imposible sellarlas, lo que impediría acceder al interior. Las molestias de las tapas se extienden también al vecindario de algunas calles al no estar debidamente ajustadas. Esta circunstancia provoca que el paso de cada coche se convierta en un suplicio.

«Ahora nos respetan más»

Para Juan Zaragoza, del colectivo Vespeinados, no tiene comparación la movilidad que da una motos a la de un coche. Como la mayoría de sus colegas, tiene dos, «una para comprar el pan y otra para viajar». Su asociación es totalmente atípica. «No pagamos cuota ni tenemos número de socios, lo eres cuando quieres», comenta. La condición es andar en vespa, ya sea clásica o moderna. «Hay mucha gente que anda aún en vespa, algunas tienen 50 años y otras cuatro días. Los motores nuevos son de cuatro tiempos y los antiguos de dos», explica.

Reconoce que las cosas para los moteros han mejorado mucho en Vigo. «Ahora nos están haciendo reservas de espacio, hay vías rápidas de acceso y nos respetan más». El bum de las motos lo justifica por la densidad del tráfico y el hecho de permitir el carné de coche para conducir algunas de baja cilindrada. «Mucha gente que trabaja en el centro, en bancos u otras oficinas, ha optado por la moto por la mayor comodidad y el ahorro».

«Hace falta formación»

El presidente de la Asociación Mutua Motera, Juan Manuel Reyes, trabaja con el resto de los miembros por los derechos del colectivo, en concreto, por la seguridad vial. «Hace falta más formación, la que hay no es la adecuada. Hemos avanzado, pero no es suficiente. El hecho de superar un examen no quiere decir que tengas la pericia adecuada para minimizar los riesgos», destaca. Entiende que el peligro se ha elevado al permitir conducir con carné de coche las motos de 125 centímetros cúbicos, como ha demostrado «un aumento de la siniestralidad enorme». Otra cosa que echa en falta es la empatía. «Se piensa en uno y en su vehículo, pero no en el otro». Pone como ejemplo el ángulo muerto que se produce en los coches, donde cabe una moto de 500 kilos y que da lugar a muchos accidentes. «Nuestra labor es concienciar y exigir a la administración que cumpla su parte del trato», asegura.

«La pintura es lo malo»

Como el resto de los moteros, Ángel Costas, presidente de Simplemente moteros, reconoce que la situación para ellos «ha evolucionado mucho». Destaca detalles como poder circular por la mayoría de los carriles bus. El problema más grave que hay «en todo Vigo» es, a su juicio, la pintura deslizante. «Es lo malo. Hay que cambiarla por otra antideslizante», comenta. Ha contado 74 tapas de registros en Pi y Margall y 25 en Cantabria, en apenas 250 metros. Está de acuerdo con los pasos adelantados en los semáforos, salvo un detalle que se produce a veces. «El peligro es que cuando llegas adelante y abre el semáforo; los coches arrancan y te golpean. Pero bueno, veo que está evolucionando». La asociación que preside organiza actividades como las rutas moteras semanales o un motococido al año. También celebran actividades culturales. Ayer mismo, Costas daba los últimos retoques a un bar para moteros en la calle Burgos, donde se reunirán a tomar unas cervezas.