«Tobi» ya tiene donde dormir

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vazquez

El albergue Dignidad es el primero de Vigo que admite a personas sin techo con mascotas. Chiño y su perro acuden a diario a dormir a la oenegé de O Calvario

05 abr 2016 . Actualizado a las 23:23 h.

Conseguir un lugar donde pasar la noche para personas sin techo obliga a veces a utilizar caminos poco explorados. Ese ha sido el sistema elegido por la oenegé Dignidad, asentada en el barrio vigués de O Calvario, que ha decidido abrir a las mascotas el albergue que regenta desde hace unos meses. Gracias a esta política poco habitual, Chiño, un indigente de la zona, acude desde hace semanas a dormir a cubierto acompañado de su fiel Tobi, un perro que luce bien cuidado.

«Lo tenemos claro. No entendemos como podemos descartar a una persona por el hecho de que acuda con un perro. Por este motivo hemos decidido aplicar una política novedosa que ampliaremos en el futuro», explica Suso Aguayo, su responsable. El futuro al que alude es el proyecto Arca de Noé, destinado a habilitar una zona del recinto para mascotas. «Y no solo perros, aunque puede ser lo más habitual, pero si alguien viene con un gato o con otro animal, trataremos de acogerlo. Eso sí, en un sitio separado de las personas».

Tobi posa sin problemas para el fotógrafo de La Voz, pero obviamente puede explicarse. Chiño, su dueño, rechaza hacerlo y hablar de cual es su vida y que representa para él las puertas abiertas que le ofrece Dignidad. En cambio, posan otros sintecho que acuden a diario al albergue. Por sus gestos de cariño con el animal, resulta evidente que para ellos Tobi no representa ningún problema y sí un aliciente.

Conseguir la zona de los animales es un objetivo que Dignidad pretende materializar cuanto antes, pero no es ni mucho menos el mayor de sus problemas. La normalización del albergue es el principal, lo que pasa por abandonar su actual ubicación y trasladarse a otra que tienen localizada, lo que esperan hacer pronto. «Esperamos ayudas para conseguirlo, entre ellas del Concello, que no nos da nada. Y nuestras necesidades son muchas».

Cifra en 750 las cenas que dan cada mes más otros tantos desayunos, para lo que necesitan 400 litros de leche. «Menos mal que ayudan la gente del barrio, Reto y el Banco de Alimentos. También algunas empresas. Así es como lo conseguimos».

Aproximadamente, acuden al albergue Dignidad una treintena de indigentes cada día. La cifra se mantiene más o menos estable desde que abrieron sus puertas en diciembre. «La oferta de admitir animales busca rescatar de la calle a sintecho con mascotas, a las que quieren y tratan bien, y que se niegan a dejar solas para ir bajo techo». De momento Tobi es el único inquilino de la sección canina a expensas de que se difunda esta posibilidad.

El local que tienen reservado para la instalación definitiva del albergue reúne mejores condiciones, pero en diciembre decidieron abrir con la sede actual conscientes de sus deficiencias. En este tiempo han logrado habilitar una cocina precaria y acaban de recibir la donación de 50 camas de una antigua clínica que permitirá ofrecer una mayor comodidad a los usuarios que ahora ocupan colchones sobre planchas de madera.

Además de donaciones, Dignidad se financia con dos tiendas y ahora tienen en marcha la creación de un taller de tapicería. «Queremos que sea algo profesional, ofrecer trabajo y conseguir algunos ingresos. Ya tenemos las máquinas y nos falta instalarlas», dice su responsable. Son las ocho de la tarde y, en el exterior, varios de los usuarios juegan con Tobi. Si la existencia del albergue canino se difunde pronto tendrá compañía.