Alarma entre policías por el aumento de acoso a adolescentes en la red social

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Un congreso investigará la violencia de género por Internet el 19 de abril en Vigo

27 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Policía Local de Vigo está «alarmada» tras haber detectado un crecimiento del acoso machista a través de las redes sociales, motivo por el que ha organizado en un congreso en Vigo que se celebrará el 19 de abril y al que asistirá la valedora do Pobo, Milagros Otero, así como analistas forenses, expertos universitarios en ciberseguridad y representantes del Ministerio de Justicia.

«El acoso en las redes sociales está siendo muy alarmante en cuanto a los adolescentes, este delito está teniendo un crecimiento muy grande», dice Santiago Martínez, experto en seguridad informática de la Policía Local de Vigo.

Martínez percibe un crecimiento en el uso de las redes sociales y sistemas de mensajería, como WhatsApp, para acosar o ejercer la violencia de género a través de la red, incluso cuando hay una prohibición judicial de comunicarse. «De esta forma, se rompen las órdenes de alejamiento y comunicación con las víctimas», dice el experto.

En el congreso del 19 de abril, diversos expertos de diferentes campos del conocimiento abordarán la temática y expondrán las situaciones profesionales en las que trabajan respecto a la violencia de género en las redes sociales.

Además de la valedora do Pobo, acudirán la catedrática de derecho procesal y un especialista en redes sociales de la Universidad, una funcionaria de Justicia de la Plaza de Castilla de Madrid, así como el primer intérprete del Ministerio de Justicia y un analista forense del Centro de Investigación Tecnológica.

Preocupación del obispado

El problema del maltrato y el acoso en las redes sociales no es exclusivo de Vigo ni mucho menos. «Hoy en día está generalizado, se da en todas partes y nos piden apoyo desde distintos lugares. Entre los peticionarios de asesoramiento están los centros educativos, que son los más interesados, así como otras entidades, como el obispado de Tui-Vigo, o el colectivo gitano», dice el policía local Santiago Martínez.

El propio obispado ha pedido al experto de la Policía Local que imparta una charla a los sacerdotes en el Seminario porque «son muchos chicos y chicas los que tienen clases en las catequesis» y les preocupa el modo en que los adolescentes a los que educan están usando las redes sociales en algunos casos.

Martínez también ha hecho visitas por los colegios para prevenir a los menores sobre los riesgos de Internet y cómo hacer la navegación más segura. Les da consejos para evitar que sean víctimas del ciberbullying o acoso de sus compañeros, las redes de pederastia y la difusión de fotos comprometidas por WhatsApp.

Los especialistas promueven charlas para evitar el acoso machista entre los adolescentes a través de las redes sociales. Les alarma la cantidad de casos de seguimiento de los desplazamientos de las parejas o exparejas.

Maltratadores usan el GPS activado en aplicaciones de la víctima para seguir sus movimientos

Entre los sistemas de acoso electrónico, a la policía le ha llamado especialmente la atención uno. Se trata de que el acosador hace preparativos antes de romper la orden de alejamiento y sin que la víctima sea consciente de ello. «Querer saber, a través de programas o apss, dónde está siempre la novia o la víctima es una forma de no respetar el derecho a la libertad, es algo que tenemos claro», dice Santiago Martínez.

Por ejemplo, hay aplicaciones de localización en las redes sociales que se activan por defecto para que lo vean los amigos y parejas. Esas apps informan a la gente de confianza de dónde se encuentra la persona y dan la distancia entre ellos en metros o kilómetros. El problema surge cuando lo ve un acosador y usa esos datos para acercarse. Estas invasiones de la intimidad a través de la geolocalización incluyen acciones como la localización a través de radares móviles o GPS, que establecen las distancias a las que los acosadores se encuentran de sus víctimas. «Las vigiladas no son conscientes de ello hasta que lo tienen encima», explica el especialista.

Defiende la organización de estos cursos de formación y congresos porque, en ellos, se asesora a los usuarios de riesgo, que aprenden a desactivar determinadas aplicaciones del móvil mientras no sean necesarias. «De esa forma, la víctima impide que sea localizada. Hay que pensar que, muchas veces las aplicaciones llegan aplicadas por defecto y eso hay que saberlo. Si la víctima sabe desactivarla, ya no funciona de ninguna manera», afirma.