«En el futuro tendría que haber una sola cofradía en toda la ría de Vigo»

jorge bravo VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

García afirma que ni la crisis ha servido para aumentar el número de personas que faenan.
García afirma que ni la crisis ha servido para aumentar el número de personas que faenan. xoán carlos gil< / span>

El patrón mayor de Vigo, Misael García, pesca navajas y erizos y tiene una empresa de buceo

25 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A los 17 años, Misael García (1968) estudió en la desaparecida escuela de buceo científico de Bouzas. Su pasión es sumergirse en el mar y, de hecho, vive de él. Tras ser profesor para la Xunta en el Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa) en Arousa, lo dejó todo para pescar navajas y erizos. Es el patrón mayor de la Cofradía de San Francisco desde el 2014.

-¿Cuál es la situación actual de la pesca en Vigo?

-Vigo tiene un pequeño problema. Hay mucha pesca, pero está muy sectorizada. Está la artesanal, que hacemos desde la cofradía; el cerco, que también está dentro pero son más independientes; y la de altura, que está a otra guerra. En cuanto a la de bajura, somos una cofradía pequeña. La ciudad ha crecido industrialmente tanto y el puerto ha ocupado tantas zonas que los sitios de pesca tradicionales han quedado un poco delimitados. La gente va sobreviviendo.

-¿Qué tamaño tiene la flota viguesa?

-Andamos en torno a las 190 personas. A veces hay altas y bajas, es una cifra fluctuante.

-A raíz de la crisis económica, ¿subió el número de personas que salen a faenar?

-No, no hubo un aumento significativo. Por un problema: tienes que comprar el barco con los permex (permisos de explotación marinera) y la cosa no es sencilla. Si te quedas en el paro no tienes pasta para comprar el barco. A veces viene gente a preguntar y al ver que tienen que adquirir una embarcación se echan para atrás. En cambio, me sorprendió el marisqueo a pie, que sacamos tres plazas y solo se presentaron cinco personas. Este año sacaremos dos más en función del recurso.

-¿Los vigueses no sienten aprecio por el trabajo en el mar?

-Si trabajas en un pueblo costero de Galicia, ¿qué opción te queda? Ir al mar. Tu padre va al mar, tu amigo va al mar. Vigo ofrece más posibilidades, es más difícil que la gente joven tenga una tendencia al mar. Muchos de los integrantes de la cofradía de Vigo son de Redondela, Nigrán, Tui... De Vigo los hay, pero es más fácil que entre por la puerta un rapaz de Redondela que un chico de un barrio de Vigo.

-¿Le da pena que suceda esto?

-Bueno, es un dato diferenciador en relación a otras cofradías. Pero la gente que nos movemos en Vigo no somos tan localistas como las otras. La gente nueva que hemos llegado tenemos espíritu de unión y estamos en buena sintonía. En el futuro tendría que haber una sola cofradía en la ría de Vigo. Una y potente.

-¿Su experiencia como profesor le ha ayudado en la labor como patrón mayor?

-Creo que va en la persona. No sé si ser profesor o dirigir una empresa y un grupo de trabajo me ayuda a gestionar las cosas. Se trata no de mandar sino de llegar a un acuerdo. Este es un sector complicado. Hay que hilar fino. Aun cuando beneficia al grupo, si propones un cambio respecto a una forma de actuar que llevábamos años haciendo, la gente es reacia. Si ven que funciona, lo aceptan.

-¿Perdura la imagen de que la gente del mar es conservadora?

-Yo más que conservadora diría individualista, que no insolidaria. En Galicia perdura la imagen de una embarcación y una persona a bordo. La Xunta no supo atajar eso en su momento, obligar a los barcos a tener más tripulantes y que trabajasen juntos, para aumentar la seguridad. En Vigo lo hemos conseguido para toda la pesca submarina.

-¿Qué ambiente se respira en la cofradía?

-La gente intenta sobrevivir. Si no hay mucha almeja y al llegar al mercado sube su valor, se produce tranquilidad porque el pescador se ve con recursos. A la larga es un problema y el sector se queja. Pero el ambiente es bueno.

-¿Ayuda la política?

-Le doy las gracias a Carmen Santos y Estefanía Torres, eurodiputada de Podemos, por escuchar nuestras demandas e invitarnos a ir a Bruselas para expresarnos.