La conversión de la ETEA en Campus do Mar será un «revulsivo» para Vigo

Diego Pérez Fernández
Diego Pérez LA VOZ / VIGO

VIGO CIUDAD

MARCOS CANOSA

La Universidad pondrá en marcha el proyecto tras aprobarlo el pleno de Zona Franca

18 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de que el Consello de la Xunta autorizase ayer la reversión de los terrenos de la ETEA a la Zona Franca para desarrollar el Campus do Mar, el rector de la Universidad expresó que era un «día absolutamente feliz» para la institución académica y para toda la ciudad. No en vano, Salustiano Mato lleva cinco años trabajando en el proyecto que ha recibido luz verde y que aspira a convertir a Vigo en una potencia internacional de la investigación marina. 

El Gobierno de Feijoo dio el visto bueno a la firma de un convenio a tres bandas, tal como adelantó este periódico. La Xunta entregará dos parcelas del antiguo recinto militar a la Zona Franca y este organismo las pondrá a disposición de la Universidad, a la que acompañará en el desarrollo de las infraestructuras de Teis, destinadas a la investigación y al desarrollo de tecnologías relacionadas con el ámbito marino. Para que se cierre el acuerdo por escrito, ahora solo falta un trámite: que lo apruebe primero el comité ejecutivo (se reunirá este mismo mes) y después el pleno del consorcio de la Zona Franca, que preside el alcalde.

En realidad, el proyecto del Campus do Mar trasciende lo meramente académico. En palabras del rector Mato, además de suponer un salto cualitativo para la Universidad se trata de «un revulsivo» para Vigo. Las dos parcelas destinadas a albergar las instalaciones de lo que será «un campus a la americana» forman parte del plan sectorial aprobado por la Xunta en el 2012 y que abarca una superficie aproximada de 115.000 metros cuadrados. La operación permitirá convertir esa zona de la ciudad en un espacio multidisciplinar, con usos deportivos, sociales y residenciales además de los científicos.

Las negociaciones no han sido fáciles. «Campus do Mar é dende hai anos unha realidade, aínda que lle faltase unha sede corporativa. Levamos cinco anos pelexando e, aínda que había vontade política, era un acordo moi complicado tecnicamente», señaló Salustiano Mato, quien agradeció públicamente la implicación de Feijoo, de la conselleira Ethel Vázquez, de Teresa Pedrosa y de Abel Caballero.

La delegada de la Zona Franca, Teresa Pedrosa, destacó precisamente la colaboración institucional que se ha producido para desbloquear el acuerdo: «La ETEA es un lugar privilegiado, emblemático, y ahora el proyecto debe tomar impulso con todas las administraciones yendo de la mano». La responsable del consorcio vigués confirmó que rehabilitarán el edificio Siemens para ubicar allí el centro de innovación de la gastronomía relacionada con el mar, que contará con la participación de investigadores de la Universidad. Sin embargo, no descarta crear otro genérico en el centro de ciudad; en los últimos años se plantearon como posibles ubicaciones el Tinglado del Puerto, junto a la sede de la Xunta, y el antiguo Rectorado de la calle Areal. De momento, la Zona Franca no tiene una estimación de la inversión que hará en la ETEA, aunque con toda probabilidad ascenderá a varios millones de euros.

En una de las dos parcelas que entrega la Xunta están los edificios históricos. El Faraday acogerá la sede institucional y el acelerador de empresas Emprendemar, mientras que en el Siemens irá el mencionado centro gastronómico. En la otra parcela se partirá de cero para crear actividades relacionadas con la tecnología marina. El borrador que maneja el grupo de trabajo de la Universidad con la Consellería de Industria contempla aquí cuatro grandes ejes de actuación: la llamada biotecnología azul (productos que salen del mar y permiten distintas aplicaciones, como la sanitaria), la tecnología off-shore de origen marino, las tecnologías subacuáticas y las de observación oceánica.

Otra cuestión importante, todavía pendiente de resolver, es la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el proyecto de la ETEA. La Universidad se buscó otro socio cuando el CSIC decidió aparcar su participación por la mala situación financiera que atravesaba tras los recortes presupuestarios del Gobierno. El presidente del organismo está repensando ahora cómo sumarse, para lo que ha encargado un estudio. En su momento comprometió 32 millones de euros. El rector de la Universidad de Vigo confía en que se suban al carro pronto. Está pendiente el traslado del Instituto de Investigaciones Marinas de Bouzas y queda para una fase posterior la creación de la base de buques oceanográficos en el muelle de Teis.