Las primeras piedras que los políticos se tiraron a la cabeza

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Caballero y Louzán en el estreno de la UNED.
Caballero y Louzán en el estreno de la UNED. m. j. f. < / span>

Concello, Xunta y ministerios ya protagonizaron otras inauguraciones conflictivas antes de la registrada el lunes

16 mar 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Lo ocurrido anteayer en Vigo durante la colocación de la primera piedra en el edificio de la antigua Metalúrgica para convertirlo en sede de la Tesorería de la Seguridad Social no es un caso aislado. Los dos ministerios que según el gobierno municipal marginaron a los concejales vigueses en el acto (Empleo y Fomento) ya habían sido culpados antes por el alcalde, Abel Caballero, de otros hechos similares.

En el caso de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, fue en enero del pasado año con motivo de su visita a la factoría de PSA Peugeot Citroën y al Club Financiero. Ambos actos estuvieron repletos de autoridades con la excepción de Caballero.

Mucho más reciente es «el desplante» que el Ministerio de Fomento, con su titular al frente, Ana Pastor, y el Puerto hicieron a Caballero al excluirle de la inauguración de la autopista del mar. «Lamento que no tengan la lealtad que hay que tener en las relaciones institucionales», declaró entonces el alcalde vigués, quien reconoció que no había sido invitado.

Los desencuentros entre los representantes de los partidos políticos están a la orden del día. De tal magnitud son las diferencias que ni siquiera se preocupan de guardar las formas en las inauguraciones públicas.

En más de una ocasión ha sido una tercera persona ajena al mundo político la que ha tenido que intervenir para romper el hielo. Sucedió, por ejemplo, en el estreno del aula de la UNED en Vigo. Las pésimas relaciones del alcalde y del entonces presidente de la Diputación, Rafael Louzán, llevaron al rector de la Universidad a Distancia, Juan Gimeno, a coger las manos de ambos para conseguir que se las estrecharan.

Muy sonada fue la inauguración del auditorio Mar de Vigo. Una vez celebrado el acto oficial apareció colocada una placa en la que solo figuraba el nombre del alcalde ignorando al presidente de la Xunta, pese a haber aportado esa administración buena parte de los fondos. La polémica fue tal que obligó al gobierno municipal a rectificar con posterioridad y a colocar otra placa en la que al nombre de Abel Caballero se sumaba el de Alberto Núñez Feijoo.

La inauguración de los silos en el área portuaria de Bouzas para destinarlos al almacenamiento de vehículos contó con la presencia del presidente de la Xunta, pero no con la del alcalde. De nuevo este detalle provocó la protesta del responsable vigués.

Mención aparte merece la inauguración de las humanizaciones de algunas calles. Sucedió en Escultor Gregorio Fernández y en Manuel Álvarez. Llegado el momento del estreno, Caballero decidió visitar e inaugurar por su cuenta ambos viales, ignorando la participación del Gobierno autónomo a la hora de las invitaciones.

En Severino Cobas la forma de actuar del Concello mejoro solo un poco. La invitación se dirigió solo a la delegada de la Xunta en la ciudad.

PP y PSOE se echan la culpa de la bronca

PP y PSOE trataron ayer de echarse la culpa de lo ocurrido el lunes, cuando los representantes municipales no fueron situados a pie de urna en la colocación de la primera piedra de la Metalúrgica, lo que provocó las protestas de los socialistas. La portavoz del grupo municipal del PP, Elena Muñoz, sospecha que el alcalde envió a los concejales a «montar un numerito» para «boicotear un día histórico». Cree que al gobierno municipal le molesta que el PP invierta en Vigo. Caballero aseguró que «han faltado al respeto a la institución municipal claramente». Recordó que la primera teniente de alcalde, Carmela Silva, le representaba y tenía que participar como tal. Exculpó a la titular de Fomento y achacó el error a la de Empleo.