El chabolismo persiste en la ciudad

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El asentamiento de las inmediaciones de Pizarro es un ejemplo de la dispersión actual por la ciudad.
El asentamiento de las inmediaciones de Pizarro es un ejemplo de la dispersión actual por la ciudad.

Los grandes poblados no crecen, pero ahora las infraviviendas se dispersan y aíslan

13 mar 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Las pocas familias que han sustituido las chabolas por pisos en la ciudad han sido relevadas por otras que optan por este mismo tipo de vida, bien porque no tienen medios para acceder a un inmueble o porque, simplemente, no quieren, como ellos mismos justifican.

Poblados tradicionales como el de Cabral mantienen el número habitantes al mismo tiempo que surge un nuevo fenómeno, el del chabolismo disperso. Al contrario de lo que sucedía años atrás, cuando los grandes núcleos iban sumando vecinos, ahora la mayoría de las infraviviendas se reparten en pequeños grupos. Incluso cada vez son más los casos en los que el asentamiento es de una sola familia. A esta situación contribuyen varias circunstancias, según la Sociedad Gitana Española. Una muy importante es el incremento del precio de los terrenos, «que antes se compraban por cuatro duros». La otra explicación se refiere al menor poder adquisitivo.

A los aspectos anteriores se suma el hecho de que las familias que llevan décadas viviendo en grandes poblados quieren evitar su crecimiento ante el temor a ser desalojadas si siguen ampliando el asentamiento. En sus propias chabolas apenas disponen de un hueco libre para acoger a más miembros de la famila al convivir en la mayoría de los casos tres generaciones. A no ser que se trate de parientes directos, es difícil que los acojan.

Ante tal situación, los nuevos chabolistas optan por construir su chamizo en medio de la nada, por ocupar viviendas abandonadas o, en el mejor de los casos, por construirse una infravivienda cerca de la carretera.

Bouzas, Calvario, Teis, Navia, Pizarro, Cabral, San Andrés de Comesaña, Clara Campoamor (vial de la Universidad), inmediaciones del río Lagares e incluso el centro de Vigo son algunos de los lugares por los que estas familias se distribuyen. Las que en su día se vieron obligadas a dejar las chabolas con motivo de la urbanización de los terrenos, como es el caso de Navia, se han trasladado a otras zonas muy próximas a las anteriores.

La fundación Secretariado Gitano lleva a cabo un estudio para conocer de primera mano la situación actual. Entre tanto, prefiere no pronunciarse. Sin embargo, la dispersión hace que cada vez resulte más complejo el recuento y la localización.

La mayoría es población cigana del norte de Portugal que no provoca conflictos

Aunque los cálculos varían substancialmente de unas organizaciones a otras, en función del número de generaciones que estimen por chabola, la Sociedad Gitana Española calcula que pueden aproximarse a doscientas las familias residentes en Vigo, bien en poblados o de forma aislada.

Tradicionalmente la ciudad se ha puesto como ejemplo de modelo de integración. Sin embargo, la situación ha sufrido un estancamiento en los últimos años como consecuencia de la crisis económica.

La mayoría de la población que reside en infraviviendas en la ciudad es cigana, originaria del norte de Portugal, en concreto de la zona de Tras os Montes. Pese a que con frecuencia es confundida con la población de etnia gitana, no tiene nada que ver, según confirmaba un estudio elaborado en su día por Cáritas Diocesana de Tui-Vigo. El mismo estudio revelaba que no protagonizan conflictos ni participan en actividades delictivas.

En cuanto al chabolismo entre la etnia gitana de origen español ha decrecido un poco y es significativo el número de familias que viven en régimen de alquiler en viviendas de precio libre.