¿Puede ser Patrimonio Mundial un trozo de la muralla de Lugo?

Antón Lois vigo VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

Carece de sentido pedirlo para las islas Cíes dejando fuera el resto del Parque Nacional

22 feb 2016 . Actualizado a las 11:37 h.

Hoy toca la polémica de la semana: la declaración de las islas Cíes como Patrimonio de la Humanidad. Podría considerarse un asunto menor, pero la cosa tiene más enjundia de lo que parece, empezando por saber la denominación precisa de lo que hablamos. Esto de Patrimonio de la Humanidad no existe para la Unesco desde hace mucho tiempo, cuando definió a estos lugares como World Heritage que viene siendo Patrimonio Mundial. Sería conveniente saberlo, entre otras cosas antes de rotular incorrectamente publicaciones, contenedores, barcos y aviones, por ejemplo.

Decíamos que no es un asunto menor pues desconocer la denominación del invento podría ser un indicador de desconocimiento general sobre como funciona el proceso de este asunto. La críptica declaración esta semana de nuestro alcalde sobre esperar «el momento oportuno» (¿cuál será ese momento?) para iniciar el procedimiento evidencia desconocer los mecanismos para la ansiada declaración. Pero aquí estamos con vocación de servicio y le aportamos un poco de información por si le sirve de ayuda.

En primer lugar, cada país selecciona determinados espacios que pasan a una lista provisional, cosa importante porque es condición imprescindible. Si previamente no se incluyen en dicha lista provisional no se puede nominar ningún lugar. En esta lista provisional cada país puede incluir los sitios que considere conveniente, uno, diez o cien, y como tal lista provisional no existe ni obstáculo ni competencia alguna, que es el argumento (no perjudicar a otras candidaturas gallegas) esgrimido por el alcalde vigués.

Polémica evitable

En esa lista existen espacios que llevan en espera una década. A continuación, una vez que se decide pasar de la lista provisional a la nominación, y tratándose de patrimonio natural, la Unesco remite la solicitud a un órgano consultivo, en este caso la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en la que, por cierto, nos veremos, y a partir de ahí sigue el trámite, ciertamente complejo y lento.

Es decir, que si ni siquiera se presenta la solicitud en la lista de espera podemos añadir al menos un año más a la simple puesta en marcha del procedimiento. Añadan que la Xunta (con elecciones por medio) debe remitir la solicitud al Gobierno central (y ya ven como pinta la cosa), y que quieren que les diga.

Pero como no podía ser de otra manera, trifulca habemus, y sería raro que incluso en estas cosas bonitas no se liara la correspondiente polémica, en este caso con la excusa del Concello de Vigo solicitando la declaración de Cíes como Patrimonio Mundial y la Xunta proponiendo que dicha declaración incluya al conjunto del Parque Nacional de las Islas Atlánticas.

Lo lógico sería lo que dice la Xunta, pero abundan ejemplos de que la lógica no es precisamente la opción elegida en muchos casos. Quizás con algún ejemplo se entienda mejor el argumento: supongamos que el Concello de Lugo decidiera declarar Patrimonio Mundial el tramo de la muralla de la Ronda de Outeiro, solo ese trozo, o que el A Coruña solicitase la declaración para el primer piso de la Torre de Hércules, solo ese piso, o Santiago hiciera lo propio con una de las torres de la catedral.

Con seguridad pensaríamos que son ideas absurdas, pues todos estos monumentos forman un conjunto y carece de sentido fragmentarlos para su valor universal. La percepción a veces nos despista y vemos las Cíes como islas, que lo son, pero de la misma forma que Faro y Monteagudo están unidas por Rodas, su carácter insular es relativo. En realidad son una pieza, sin duda relevante, de un conjunto a varios niveles, por una parte administrativo pues forman parte de un parque nacional, aunque estas cosas son relativas y cambiantes (hoy pertenecen al Concello de Vigo, hace años a Baiona) pero lo más importante es que se trata de un conjunto ecosistémico que solo se entiende contextualizadas con el resto de archipiélagos que forman las Islas Atlánticas.

Localismo indefendible

Aisladas estaban cuando se declararon, las Cíes exclusivamente, parque natural. Para tranquilidad de esta visión localista, poco defendible cuando hablamos de un patrimonio común, conviene decir que la declaración conjunta del parque nacional no diluye la importancia de Cíes, sino que la complementa y refuerza, y de cara al medallero político que no cunda el pánico: Cíes seguirán siendo la joya de la corona y nuestro alcalde podrá legítimamente figurar como el iniciador y motor de esta iniciativa y ponerse en el centro de la foto.

Podríamos añadir otro elemento a favor de esa declaración global, que sería la posibilidad, imposible para Cíes en solitario, de integrarse en la categoría de patrimonio mixto, es decir, con valores relevantes en lo natural y en lo cultural. No es un asunto menor, pues esa declaración mixta implica la armonía entre humanidad y naturaleza, pero para eso nuestra mesa se quedaría coja sin Sálvora, Cortegada y fundamentalmente Ons.

No obstante, la Conselleira de Medio Ambiente debería, a su vez, enterarse de cómo funcionan estas cosas. Sin un PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) ni la candidatura de las islas Cíes ni la del conjunto del parque nacional serán aceptadas. Y ese documento obligatorio legalmente, más de una década después, sigue sin existir.

Y tampoco existirá este año.