«A esta historia no le hacen falta letras. Se lee a través del dibujo»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Germán González y Federico Fernández despliegan el libro en la Emao, donde el segundo da clase de dibujo.
Germán González y Federico Fernández despliegan el libro en la Emao, donde el segundo da clase de dibujo. m. moralejo< / span>

«Balea», una obra visual desplegable, es el primer libro conjunto de los ilustradores

17 dic 2015 . Actualizado a las 12:00 h.

Hay libros para leer y hay libros para ver. El que han creado juntos los ilustradores vigueses Federico Fernández y Germán González pertenece claramente a la segunda categoría. Balea, editado por Kalandraka, es una obra especial tanto por su formato como por su contenido. En estado de reposo mide 14 centímetros de ancho por 33,5 de alto, pero si se estira como un acordeón, alcanza una anchura de un metro y 40 centímetros y además se puede colgar en la pared, como si fuera un cuadro.

«Es una obra completamente visual, un proyecto diferente en la línea de los trabajos más pictóricos que hacía yo hace años», cuenta Federico. Para llevarlo a cabo lio a su amigo Germán, aunque no tuvo que insistirle mucho. «Hacía tiempo que teníamos ganas de hacer algo juntos. Cuando te piden una ilustración siempre tienes que adaptarte a un texto y, en este caso, no era necesario», explica. «La idea de Balea es mía y ese mundo de las máquinas y los artefactos también, pero encajaba muy bien con su línea de trabajo, ya que él tiene una obra pictórica muy interesante, con objetos pequeñitos en acuarela a escala 1:1».

Por el lado que muestran en la foto se aprecia la estructura exterior del cetáceo mecánico. El anverso está lleno de minúsculos compartimentos habitados por seres ataviados con trajes amarillos ocupados en sus cosas. Los dos autores presentan el libro mañana en Vigo. A las 18.30 horas en Libros para Soñar (Triunfo, 1), aparecerán vestidos como los personajes del libro, con un show especial. «Es un libro diferente y hay que hacer una puesta en escena diferente, No puedes leer un cuentacuentos», razonan.

La relación entre ambos artistas se remonta al inicio del milenio. Aunque los dos estudiaron Bellas Artes en la Universidad de Vigo, son de distintas promociones. Se conocieron después, llegaron a compartir vivienda una temporada y en el 2011 años participaron en la puesta en marcha de El Halcón Milenario, un piso de la calle Cervantes tuneado como sala de arte, en el que siguen desarrollando planes creativos. «También hicimos algunas exposiciones conjuntas, pero es nuestro primer libro compartido», indica Germán.

El proyecto Balea se desarrolló por separado. Primero, Federico armó el dibujo en su casa. «En un primer momento pensé en hacer una máquina. La ballena surgió de manera casual». Una vez acabado, Germán, que también sugirió el formato póster desplegable, hizo su aportación pictórica. Federico lo tiene muy claro: «Si lo hubiera coloreado yo, ya no sería esta Balea. Sería otro libro. El color puede cambiar por completo una obra», asegura el artista que, según indica, acostumbra a emplear el gouache y colores planos. «En cambio, él le da profundidad y un aspecto de libro clásico, trabajado con la acuarela», explica sobre la tarea de su compañero.

Balea no lleva más palabras que una con las cinco letras del título. Pero es una historia infinita que se lee a través del dibujo. «Se trata del que el que haga esa lectura visual imagine situaciones que ocurren ahí dentro y que puedas perderte en ellas», indica. Tampoco se sabe de dónde vienen estos seres. «Al principio pensamos poner pistas para buscar personajes, pero dándole vueltas nos dimos cuenta de que no hacía falta. Decidimos que sobraba».

A pesar de la originalidad de la idea, no tuvieron problemas en «vendérsela» a una editorial porque antes se presentaron con ella al Premio Nacional de Ilustración Compostela. «No ganamos, pero fuimos finalistas y hasta ahí solo llegan los proyectos con visos de ser publicables», cuenta. Este lo fue y no saben si tendrá continuidad. «Hay que esperar a ver cómo funciona», manifiestan.

Quizás ocurra como con El Halcón Milenario, que empezó como una propuesta para una sola exposición y continúa con numerosas propuestas culturales y artísticas. Para este mes tienen un taller infantil de tres días. Para febrero preparan algo especial para celebrar el quinto aniversario del espacio y también proyectan hacer allí una muestra sobre el proceso de creación de Balea, con los bocetos y todo lo que hay detrás de un trabajo tan peculiar.