«La suspensión del 91 me produjo alivio, algunos licencias no estaba dispuesto a darlas»

j.f. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

«La anulación del Plan Xeral ha sido un varapalo a Abel Caballero»

09 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No fue entonces la versión oficial, en la que se consideró la anulación del plan del 91 como un ataque político de la Xunta. Aquella fue una medida decidida por la Consellería de Política Territorial que dirigía José Cuiña unos meses después de las elecciones municipales. Casi cinco lustros después, Príncipe desvela su auténtico sentimiento en aquellos momentos.

-¿Son comparables ambos casos?

-No, entonces fue una decisión de la consellería con un fundamento político, pero la verdad es que me produjo alivio.

-Entonces no dijo eso.

-En la última revisión del Plan Xeral que se había producido hubo cosas que no entendía y, por poner un ejemplo, llegado el momento no voté lo de Pizarro. Para ello me fui al Parlamento. Tener que dar esa licencia y otras sería tragar mucha m....

-¿Le satisfizo después el resultado de la anulación, el plan de 1993?

-Fue un proceso que permitió una oportunidad, la de cerrar la unidad de la ciudad. El resultado se vio al final, cuando el trabajo de Lola Villarino y Suso Costas logró 26 votos en el pleno de la corporación.

-O sea, que satisfecho

-La realidad es que no fue tumbado en su globalidad por ningún tribunal, solo algún proyecto concreto. Al contrario de lo que ha ocurrido ahora.

-¿Cómo valora la reciente suspensión?

-Ha sido un varapalo a Abel Caballero, el mayor en la historia de la ciudad. Solo comparable al que tuvo en su momento el Rafael Portanet.

-El alcalde dice que la responsabilidad es de la Xunta, no del Concello y menos de él, que no estaba en el Concello cuando pidió que no se hiciera la evaluación ambiental.

-Se ha contado en diversas ocasiones que hubo gestiones desde Vigo, por su parte, para que la Xunta de Emilio Pérez Touriño no aprobara el plan con Corina Porro en la alcaldía. Por eso se retrasó. Y en este caso, creo que Caride [María José] y Pachi [Vázquez] no se enteraban y hacían lo que les mandaba el presidente, al que Caballero, igualmente catedrático de Economía, conocía de siempre.

-Puede que muchos no se crean ahora que recibiera bien, interiormente, aquella suspensión...

-Fue así, aunque yo era el alcalde y tenía que actuar como tal. Pero en lo personal tenía un problema moral gravísimo, había proyectos que no entendía y no estaba dispuesto a dar determinadas licencias.

-Ya citó la de Pizarro.

-Sí, y en su momento tampoco participé en la junta de gobierno en la que se dio la de O Piricoto.

-¿Algún consejo?

-Solo una constatación: una ciudad no puede vivir al borde de la ley.