Una matrona gana la primera demanda en Vigo contra los bonos convertibles

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El juzgado anula el contrato y obliga a Targobank a devolver 6.000 euros a la clienta

05 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El juzgado especial de las preferentes dejará de prestar servicio el día 30 y cerrará, según confirmó ayer el juez decano, Germán Serrano. Sin embargo, la pesadilla de las preferentes ha dejado paso a otro producto de alto riesgo: el bono convertible. En Vigo, una matrona sin estudios financieros acaba de ganar una sentencia que ordena a Targobank anular su contrato de bonos subordinados convertibles en acciones del Banco Popular y devolverle los 6.000 euros que invirtió.

Numerosos clientes están consultando estos días en los bufetes la forma de anular sus bonos convertibles en acciones del Banco Popular, entidad que hizo el canje el 25 de noviembre. Muchos afectados se encontraron con que los ahorros que invirtieron hace 5 años quedaron convertidos a calderilla, con pérdidas del 80 % del capital por la caída del valor de las acciones.

La mayoría de los juzgados de primera instancia de Vigo aún no ha recibido demandas pero el despacho Asesority prefirió no esperar al canje y este verano ha conseguido una de las primeras sentencias en la ciudad contra este producto financiero. En concreto, la matrona de origen extranjero, una clienta de Banco de Galicia (entidad integrada en el grupo Popular) acaba de lograr la anulación de los bonos subordinados necesariamente convertibles en acciones del Banco Popular que adquirió en el 2009.

La sentencia dictada por el juzgado especial de preferentes el pasado julio ordena a la entidad Targobank a que reintegre 6.000 euros a la clienta más los intereses legales calculados sobre el capital nominal invertido. Como contrapartida, ella debe devolver al banco los intereses percibidos y los títulos del Banco Popular obtenidos en el canje. La jueza ve un vicio de consentimiento.

La ahorradora se quejó de que la entidad no le informó de que dicho producto podría dar lugar a la pérdida del dinero invertido, «cuando la realidad es que se trataba de un producto de elevado riesgo en el mercado y de liquidez limitada», dice la jueza. En el 2012, se dio cuenta de que el producto no era seguro y quiso recuperar su dinero pero la entidad le dijo que «no era buen momento» y le aconsejó canjear los bonos subordinados por otros convertibles como única posibilidad de no perder todo su dinero.