Dos apuntes para Conxemar

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO CIUDAD

10 oct 2015 . Actualizado a las 21:18 h.

Debería haber un Conxemar cada mes. O cada dos, pero alternándose con O Marisquiño. Porque es espectacular todo lo que la feria internacional del congelado deja en la ciudad. La XVII edición cerró esta semana con 27.000 visitantes, un 3 por ciento más que en el año anterior. Y muchos sectores de la ciudad vibraron con la presencia de foráneos llegados de 105 países distintos.

Los hoteles firmaron la plena ocupación, con reservas no sólo en Vigo sino en todas las Rías Baixas. Muchos restaurantes de alto nivel tuvieron que doblar turnos. Conozco algún del centro donde el martes se agotó la cerveza. La inesperada entrada de una turbamulta de irlandeses o escoceses dejó a algunos sin botellines ni barriles. Y, para los taxistas, la feria volvió a ser un balón de oxígeno, para un sector muy castigado por la crisis y que ahora tiene que soportar la broma pesada de la nefasta planificación de las paradas en el hospital Álvaro Cunqueiro.

En el taxi, un año más siguen pendientes dos graves defectos que afean su servicio público cuando se registra una gran feria de muestras. El primero es que en la parada del aeropuerto de Peinador convivan vehículos de diferentes colores, rótulos y emblemas, ya que en una decisión absurda se permite que presten servicio allí los taxis de Mos y de Redondela. Se aduce que el aeropuerto ocupa terrenos en ambos municipios. Pero esto no sucede en ningún sitio del mundo. Con semejante razonamiento, en el aeropuerto de Barcelona sólo habría taxis del Prat del Llobregat. Y, en Madrid, sólo los del Pueblo de Barajas.

Que el aeropuerto esté en terrenos de otros municipios no es razón para confundir al viajero, que desconoce qué diferencias hay entre unos taxis y otros en la parada. Como mínimo, si hay que incorporar taxis de Mos y Redondela, deberían ir exactamente igual que los de Vigo.

El segundo caso está ya en vías de solución, aunque va lento. Ahora mismo, no existe comunicación a pie entre el aeropuerto y el IFEVI. Están situados a poco más de cinco minutos, pero no existe un camino decente por el que desplazarse arrastrando una maleta. Y, menos, en días de diluvio como los que iniciaron esta semana.

La alternativa es tomar un taxi, que tarda 2 minutos en recorrer los 250 metros hasta el IFEVI. Y la tarifa son 21 euros con 96 céntimos. Es la misma, fija tanto si vas ahí al lado como a San Miguel de Oia. Pero es terrible la imagen que se da a un visitante al que se le mete semejante clavo nada más llegar a Vigo.

Parece que por fin está en obras la pasarela que la Diputación construye para conectar Peinador e IFEVI. Aunque las obras comenzaron en noviembre de 2014, con un plazo de ejecución de seis meses. Con lo que deberían haber concluido en abril. Confiemos en que el problema haya desaparecido para la edición de Conxemar del año que viene.

eduardorolland@hotmail.com