Nuevos destinos, viejos problemas

Armando G. Alonso

VIGO CIUDAD

Gustavo rivas< / span>

Propuesta para Peinador del gerente del Centro de Formación Aeronáutica de Vigo 

13 sep 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

Bien mirado, cualquier vigués debería sentirse orgulloso de ser un ciudadano privilegiado en el mapa de la Europa aeronáutica: dispone de un aeropuerto propio y, además, cuenta con otras dos instalaciones aeroportuarias de primer nivel en un radio de 100 kilómetros. El catálogo de destinos a su alcance es extraordinario: múltiples conexiones le permiten situarse en cualquier lugar del globo terráqueo en algo más de 24 horas. El pasajero vigués puede elegir entre cualquiera de las 29 compañías que operan en estos tres avanzados aeropuertos y vuelan directamente a más de 70 destinos. Se diría que describimos una Arcadia feliz aeroportuaria. ¿Se puede pedir más?

Tras este preámbulo, cabría concluir que los aeropuertos no deben ser materia de discusión diaria, por cuanto parece que el ciudadano está bien servido. Sorpresivamente no es así. Basta con ojear la prensa diaria para comprobar que Vigo vive inmerso en una obsesiva carrera cuya única meta es hacer crecer su aeropuerto por las vías de la generación artificial de destinos variopintos y el discurso tribal. En principio no parece que haya nada que objetar pero, cuando menos, resulta curioso.

El Ayuntamiento ha redactado un concurso en el que se mezclan destinos no operables por algunas compañías con otros que no se ajustan a las capacidades de

sus flotas, hasta el punto de provocar que cuatro de las cinco principales protagonistas ni siquiera presentasen su propuesta. Hay quien ha calificado la convocatoria como un éxito.

Esas mismas administraciones que subvencionan con dinero público el establecimiento de algunas líneas que a duras penas representarán el 2 % del tráfico anual del aeropuerto -léase Dublín, por ejemplo- son las que también defienden a sangre y fuego la puesta en marcha urgente del AVE a Madrid, casualmente la misma ruta que supuso en 2014 el 66,91 % del tráfico de pasajeros de Peinador. Dependiendo del modelo de tren, cada composición AVE tiene capacidad para transportar entre 300 y 400 pasajeros. Solo con tres relaciones diarias, Renfe podría poner a disposición de los vigueses más de 650.000 plazas anuales a Madrid. De los 680.387 pasajeros que registró Peinador en 2014, unos 455.000 utilizaron la ruta al aeropuerto Adolfo Suárez.

No parece un escenario muy alentador para los intereses de Peinador que la ruta directamente amenazada por la alta velocidad sea precisamente la que mueve tan tremendo porcentaje de su tráfico. Es como pegarse un tiro en el pie.

Si hacemos un ejercicio nada habitual en política y abandonamos el bienpagado cortoplacismo, una perspectiva más amplia nos invita a desmontar una premisa básica para los hooligans locales de todo aeropuerto español: la actividad (y la rentabilidad) de una instalación aeroportuaria no responde únicamente al número de pasajeros. Sí, existe vida más allá de compañías aéreas, subvenciones y destinos imposibles.

Este verano, la prensa nacional se hizo eco de una información curiosa en tiempo de desinversiones: un aeropuerto español necesita ser ampliado por la saturación de su espacio a los dos años de ser inaugurado. ¿Madrid? ¿Málaga? No. Teruel. Por Teruel no pasa viajero alguno cada año. Cero. Allí se les ha ocurrido que sería buena idea aprovechar su clima seco y una vieja base militar para crear un párking de larga estancia para aviones, talleres y servicios de reciclaje. Y, vaya, funciona. No subvencionan a ninguna compañía para que vuele de Teruel a Oslo o a Badajoz una vez al mes, y además ganan un dinero.

Aparte de las aerolíneas, los servicios de Guardacostas y Policía, el resto de actividades aeronáuticas en Vigo brilla por su ausencia. Y lo que queda sobrevive como puede, con más pena que gloria, sin opciones reales de crecimiento. Esta ciudad presume con razón de su facultad de Telecomunicaciones, pone satélites en órbita, genera excelentes profesionales e investigadores? y dispone de un aeropuerto de primer nivel (chapuzas de la nueva terminal aparte) claramente infrautilizado. No sé si ven la ecuación.

análisis una propuesta para el aeropuerto más allá de las rutas