«Cuando mi padre creó el negocio era algo como de ciencia ficción»

jorge bravo VIGO / LA VOZ

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Íñigo Alzueta, en los laboratorios de investigación de la compañía que fundó su padre en 1967.
Íñigo Alzueta, en los laboratorios de investigación de la compañía que fundó su padre en 1967. alba pérez< / span>

El informe Ardán sitúa a la productora de extractos de alga, que vende a cien países, como la empresa líder en internacionalización en Galicia

15 ago 2015 . Actualizado a las 19:45 h.

¿Qué tienen en común la pasta de dientes, el flan de huevo envasado y las salchichas? Íñigo Alzueta, presidente de la Compañía Española de Algas Marinas, abre las puertas de su factoría en O Porriño, desde donde han conseguido convertirse líderes mundiales en la producción del carragenano (E-407), un gelificante natural que se extrae de las algas rojas y cuyo uso se extiende por la industria alimentaria, la farmacéutica y la cosmética.

-Su compañía figura en el informe Ardán 2015 como la primera en toda Galicia en internacionalización.

-Es un orgullo. Llevamos casi 50 años en el negocio y siempre hemos exportado mucho. Este es un sector muy global.

-¿Qué porcentaje de su producción exportan?

-Entre el 85 y 90 % de nuestra producción la enviamos a cien países distintos. Tenemos 57 distribuidores y oficinas comerciales en China o Argentina.

-¿Algún país, en concreto, le adquieren más producción?

-Ahora están más interesados los países de cultura islámica y judía. La gelatina proviene del cerdo y sus culturas no se lo permite, pero sí pueden usar el extracto de algas.

-¿Cuál es el secreto del crecimiento que ha tenido Ceamsa en los últimos años?

-Hace 15 años cambiamos el chip. Pasamos de ser fabricantes de carragenanos a ser proveedores de soluciones finales a nuestros clientes. Innovamos constantemente en mejorar las texturas, que la cremosidad de los productos sea mejor. Cada fabricante tiene un requisito.

-¿Hasta dónde les ha llevado su proceso de expansión?

-En 2008 hubo una crisis de abastecimiento y decidimos instalar una planta en Asia. Filipinas es la productora líder del cultivo de algas. Allí las tratamos y las enviamos aquí para extraer el carragenano y el alginato.

-La empresa la fundó su padre, Ignacio Alzueta, en 1967. ¿Fueron difíciles los comienzos?

-Cuando mi padre creó el negocio era algo como de ciencia ficción. Al final se comprendió que el carragenano es un extracto natural, un hidrocoloide. La gente se entiende mejor si piensa en la harina o la fécula, espesantes tradicionales.

-¿Qué diferencia hay, entonces, entre los carragenanos y otros espesantes o gelatinas?

-Son espesantes y texturizantes más potentes, tienen la capacidad de absorber más agua.

-¿Les afectó la crisis?

-Durante estos años hemos crecido mucho. En el 2014 vendimos un 20 % más que en el 2013, y a estas alturas del 2015 estamos un 40 % por encima del 2014. Fuimos conservadores e invertimos los beneficios en investigación o en más personal. No teníamos dependencia financiera y no nos afectó el estrés económico que sí tuvieron otras compañías.

-¿Cómo ha aumentado su volumen de negocio?

-El empleo directo pasó en dos años de 120 a 180, más los 100 que hay en Filipinas. Trabajamos 24 horas al día todo el año. En el 2014 produjimos 8.000 toneladas en total, unos 56 millones de euros. Ahora mismo llevamos 70 millones de euros. En 2017 queremos llegar a los 77 millones.

-En la sociedad hay cierta polémica en torno a los aditivos E-número.

-Estamos en un mundo en el que todo lo que no sea ecológico tiene mala prensa. Hay cosas ecológicas que no tienen porque ser saludables. Los E-número solo significa que han pasado por cientos de controles científicos.