El deporte como forma de deslizarse sobre la discapacidad

Adrián lorenzo VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Ocho años después de quedarse en silla de ruedas, el vigués Gonzalo Suárez bate récords sobre una tabla de esquí acuático

20 jul 2015 . Actualizado a las 08:43 h.

Al vigués Gonzalo Suárez la vida le dio un vuelco a los 26 años. Un accidente de tráfico le provocó una lesión medular por la que perdió la movilidad en las piernas. Su respuesta: el esquí alpino. El deporte le proporcionó una forma de mitigar sus problemas de salud y de sentirse capaz de todo.

Ahora, a los 32, compagina deslizarse por las montañas con hacerlo por el mar. Y no parece que se le dé mal. Hace unos días batió el récord nacional de resistencia en la modalidad acuática de slalom. Su mérito va más allá debido a que superó todas las marcas registras por personas sin y con algún tipo de discapacidad. En total, 45 minutos subido a una silla adaptada, bamboleante entre las olas, mientras una lancha tiraba de él a una velocidad de 40 kilómetros por hora.

Gonzalo apunta a que su entrenador le dijo que su esfuerzo «equivaldría a estar colgado de una barra de hierro durante todo ese tiempo». A su parecer, «la motivación es un aspecto esencial para conseguirlo, pero también es cierto que, en casos como el mío, tenemos más desarrollado el tren superior». No le da ningún tipo de pudor admitir que «el día anterior me caí siete veces, ni yo mismo era consciente del tiempo que aguanté cuando lo conseguí». La dificultad añadida que tiene es «todo lo que tardan en volvernos a subir a las sillas cada vez que nos caemos. Nos cuesta mucho más que a una persona sin ningún tipo de problema, es mucho más complicado», añade.

Su hazaña forma parte de un proyecto de investigación en la Universidad de León que quiere estudiar «las respuestas que tienen las personas con discapacidad al practicar deporte». Gonzalo, junto a sus compañeros Pedro Barja y Pablo Tovar, forma parte del trabajo de campo de esta tesis en la que se pretende demostrar, entre otras cosas, la gran capacidad de esfuerzo y competición que pueden tener estas personas. El embalse leonés de Barrios de Luna, con la colaboración del Club Deportivo Esquí Náutico León, fue testigo de este logro.

Disfrutar y practicar

El deportista vigués asegura que su marca también tuvo que ver mucho con la «suerte». Sin embargo, desde que hace ocho años sufriera la lesión medular, no dejó ni un día al margen la pasión por practicar deporte. Apenas recuerda las muchas modalidades en las que participa: «baloncesto, tenis, atletismo, esquí náutico y alpino». Su voz está deseosa por transmitir los beneficios que le aporta competir. «Animaría a cualquier persona que esté en mi situación a practicar deporte, yo no tengo ningún complejo, lo importante es disfrutar de lo que haces». Tanto él como sus compañeros, que se encuentran en una situación similar, tienen «un afán de superación inherente, si hacemos algo mal siempre queremos repetirlo y volverlo a intentar». No imagina su vida sin las jornadas de entrenamiento y diversión con sus «amigos». Sus únicas quejas están dirigidas a las escasas facilidades que tienen para poder realizar lo que le gusta. «Algunas sillas adaptadas cuestan alrededor de 3.000 euros, no todo el mundo puede enfrentarse a uno de estos gastos».

La ilusión es el motor que les anima, a pesar de las trabas, a intentar que tengan igualdad de oportunidades. Sin embargo, no puede dejar de lamentarse de las escasas facilidades que les dan. «Nos faltan muchísimas ayudas para que podamos realizar deporte. No hay los suficientes medios para que podamos probar, por ejemplo, si uno nos gusta o no». Su experiencia le dice que Galicia es una de las comunidades autónomas que menos apoyo le da a adaptar todas las disciplinas a gente en su situación.

Todo el fin de semana pasado estuvo en el festival PortAmérica. Su compromiso social con esta causa hace que colabore con la asociación Encaixamos. El objetivo es recaudar fondos para conseguir una furgoneta adaptada que les permita desplazarse. «En toda la zona del Val Miñor no hay ningún vehículo que cumpla estas características, si tenemos que ir al hospital no tenemos como hacerlo». Todavía cree que la sociedad no está lo suficientemente concienciada. «Tenemos que hacer todos un esfuerzo porque la gente entienda las cosas que necesitamos para nuestra vida diaria». Por el momento, él intenta concienciarse a sí mismo desde el deporte y con una energía y afán de superación que acaban contagiando a todo el mundo que está a su alrededor. Licenciado en Comunicación Audiovisual, intenta proyectar estos valores también en su trabajo en el Instituto del Audiovisual de Vigo.

La amistad le impulsó a «empezar en el esquí alpino» para luego pasar a realizar cualquier deporte. Esto hace que insista en «animar a cualquier persona en mi situación a que lo pruebe». Cuando uno acaba sintiéndose igual que el resto, nadie lo ve diferente.