Íñigo Méndez de Vigo no es de Vigo

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Íñigo Méndez de Vigo acaba de estrenar cargo.
Íñigo Méndez de Vigo acaba de estrenar cargo. paco campos < / span>efe< / span>

El nuevo ministro de Cultura lleva un apellido que comparten casi cuatro mil españoles, pero sin relación con la ciudad

20 jul 2015 . Actualizado a las 11:12 h.

Es De Vigo, pero no es de Vigo. El nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, nombrado hace menos de un mes por Mariano Rajoy, lleva un apellido que parece remitir a la mayor ciudad de Galicia. Pero que, en realidad, es más abundante en la provincia de A Coruña, por ejemplo.

Íñigo Méndez de Vigo y Montojo, IX barón de Claret, nació en 1956 en Tetuán, en el antiguo protectorado español de Marruecos. Allí había sido destinado su padre, teniente coronel y asistente del general Franco. Es el primero de los hijos del teniente coronel Íñigo Méndez de Vigo y del Arco, y de Paloma de Montojo e Icaza, II condesa de Areny, siendo su abuela materna la escritora Carmen de Icaza, VIII baronesa de Claret, cuyo título nobiliario sucedió en 1980. Además, si seguimos la línea genealógica del ministro, encontramos que por línea paterna tiene parentesco con la familia real española, pues su linaje viene de la reina gobernadora María Cristina de Borbón y su segundo marido, el duque de Riánsares. Por el lado materno, está emparentado con Esquilache, el del famoso motín de las capas con Carlos III.

Sobra decir que el nuevo ministro tiene abolengo hasta decir basta. Y ahí se cuela el apellido Vigo, que por cierto conserva por voluntad propia, al unir los que fueron de su padre. Al igual que ciertos embutidos, los apellidos, cuando se presentan en ristra, lucen más.

Vigo, sin embargo, no es nuestro Vigo. Porque, de hecho, se trata de un apellido no demasiado común en la ciudad olívica. Y hay un dato escalofriante: el lugar del mundo donde más personas se apellidan Vigo es A Coruña. Y no por poco. En realidad, este nombre de familia es diez veces más abundante en la capital herculina que en la ciudad olívica. Y, en Lugo, hay el doble de Vigos en el DNI que en la propia provincia de Pontevedra. A la que también superan Barcelona, Málaga, Madrid y Valencia. Para resumir: Apellidarse Vigo es muy poco vigués. Puede haber una razón toponímica en la falta de Vigos vigueses. En la provincia de Pontevedra, Vigo solo hay uno, el nuestro. Mientras que en A Coruña hay cuatro, correspondientes a otras tantas aldeas situadas en Fisterra, Dodro, Miño y Malpica. Y la propia Lugo tiene también su Vigo, emplazado en el Camino Francés a Compostela y llamado por ello Vigo del Real, en el municipio de Samos.

Más en A Coruña

Con estos datos, sorprenden menos las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). En la provincia de Pontevedra aparecen 156 apellidos Vigo, mientras en A Coruña son 1.329 y, en Lugo, 389. En total, en toda España, 3.943 han sido inscritas con este nombre de familia.

Para ilustrarnos sobre el apellido, el genealogista Fernando González-Doria, autor del Diccionario Heráldico y Nobiliario de los Reinos de España, nos cuenta el origen de los Vigo. Afirma que una rama se extendió desde el Noroeste en la Edad Media, con la Reconquista. La estirpe de los Vigo fue extendiéndose hacia el Sur y colonizando nuevas tierras.

Sin embargo, una parte muy importante proviene de Génova, en Italia. De allí provenía el caballero Alberto Vigo, que en tiempos del emperador Carlos V sirvió en las guerras contra Francia. Muchos consideran que de su descendencia en la Península Ibérica proceden gran parte de los vigueses de apellido. De una y otra rama, los Vigo cruzaron también el charco. Hoy aparece en América una importante colonia de este apellido. En EEUU, encontramos 193, de los cuales 54 están establecidos en Florida. Y en el Perú hay nada menos que 8.099, lo cual duplica los 3.943 que, en total, hay en España.

Los Vigo pueden presumir de su propio escudo de armas. Aparece reseñado por González Doria y, curiosamente, tiene un chevrón, como el símbolo de Citroën. Su descripción es la que sigue: «En campo de gules, un chevrón de oro, acompañado de tres estrellas de oro, acompañado de tres estrellas de plata». El vigués que quiera darse lustre ya puede ir encargando el blasón, para lucirlo ante las visitas.

Sin embargo, solo existe un título nobiliario vinculado al nombre de la ciudad. Es el Condado de Vigo, que el rey Fernando VII concedió en 1810 a Joaquín Tenreiro Montenegro, héroe de la Reconquista ante los franceses.

Actualmente, el único Condado de Vigo que continúa operativo es Vigo County, en Indiana, Estados Unidos, que cuenta con poco más de cien mil habitantes, su capital es la ciudad de Terre Haute y debe su nombre a Francis Vigo, un italo-estadounidense que se distinguió durante la Guerra de la Independencia Americana. Este señor, obviamente, era de la rama de Génova.

Así que el nuevo ministro es De Vigo, pero no es de Vigo. Por lo tanto, es barón de la nobleza. Pero nunca será vigués distinguido.