Vigo como Stadt-Staat

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO CIUDAD

27 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Escribo este artículo desde Friburgo de Brisgovia, que tiene nombre de personaje de Italo Calvino o de juglar de Camelot en la obra de Álvaro Cunqueiro. Por fortuna, Friburgo de Brisgovia no es un señor en jubón y calzas que tañe el olifante, sino una ciudad del estado de Baden-Würtemberg, donde llevo yo una semana viendo llover y añorando el sol de Galifornia.

Baden-Würtemberg, con Ródano, Lombardía y Cataluña, es uno de «los cuatro motores de Europa». Y no solo porque sea la sede DaimlerChrysler, Mercedes y Porsche. Sino porque es todo un gigante económico, donde la tasa de desempleo es del 3,8 por ciento. John Maynard Keynes, economista de cabecera de Abel Caballero, estaría aquí en la gloria. En España, recordemos que la tasa de paro está veinte puntos por encima, en el 24 por ciento.

En este paraíso económico llevo más de un año pasando una semana al mes, normalmente en la ciudad de Karlsruhe. Y hay algo que me llama poderosamente la atención. Y es que hay un distrito en la zona centro donde está la mayor concentración de abogados con toga que jamás haya visto, descontando las manifestaciones contra el tasazo de Gallardón. Me atrevería a decir que hay en Karlsruhe más picapleitos que en Nueva York, ciudad famosa por sus litigios y donde se dice que, algunos inviernos, hace tanto frío que los abogados se meten las manos en sus propios bolsillos.

He venido a enterarme de que Karlsruhe es la capital judicial de Alemania. Aquí están el tribunal supremo y constitucional de la república. Al igual que en Frankfurt tiene su sede el Bundesbank. Y de ello podemos aprender una lección. Porque España presume de descentralizada, pero no lo es. Más bien está todo duplicado, no descentralizado. En Alemania, sus 16 estados tienen las mismas competencias. Y grandes instituciones del país, como la autoridad financiera o judicial, están repartidas por ciudades a lo largo del mapa. Sin necesidad de que todo se concentre en Berlín.

En España, se puso un parche a las identidades nacionales creando cuatro autonomías históricas. Y luego se sirvió «café para todos», que derivó en autonomías tan surrealistas como Murcia o La Rioja, que cuenta con parlamento autonómico y consejerías, cuando tiene menos habitantes que la ciudad de Vigo.

Además, todo está realmente centralizado. Si yo plantease, por ejemplo, que la Dirección General de la Marina Mercante o la Secretaría General de Pesca, en lugar de en Madrid, estuviesen en Vigo, sería tachado de loco. Pero sería algo lógico. Al igual que ver en la ciudad olívica la central de la Consellería de Pesca de la Xunta. Tengamos en cuenta que la Agencia Europea de Pesca está en Vigo. Y Bruselas está mucho más lejos.

Así que hay debates que pueden ser abiertos. Vigo, con ser mayor que algunas autonomías, no necesita ser capital de provincia. Pero sí debería ser cabeza de un área metropolitana con amplia autonomía. Y acoger instituciones propias de la Xunta o del Estado. Como la sede de alguna consellería o dirección general de un ministerio. En Alemania funciona. Es lo normal. ¿Y no era Alemania nuestro gran ejemplo?

eduardorolland@hotmail.com