Tomate de Redondela contra Troya

Antón Lois AMIGOS DA TERRA TIERRA@VIGO.ORG

VIGO CIUDAD

Vigo se unió a las protestas contra los efectos del tratado internacional

14 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El invento se llama TTIP, siglas que seguramente no les digan nada, y ese es precisamente uno de sus problemas, que para la inmensa mayoría de la población el Tratado Trasatlántico de Comercio entre Europa y Estados Unidos es completamente desconocido a pesar de que puede condicionar decisivamente nuestras vidas, para peor.

Tenemos tendencia a pensar que estos acuerdos opacos que se toman tan lejos y tan arriba poco tienen que ver, ni afectan en la práctica, a nuestra vida cotidiana, pero es un error pensar así. Permitan algunos ejemplos de lo que supondría el TTIP en nuestro entorno inmediato y solamente en unos pocos aspectos ambientales. Supongan, por ejemplo, que una prospección descubriera petróleo en el entorno de las Cíes y una empresa decidiera explotar el yacimiento encontrándose con una normativa que, con el fin de preservar nuestro mayor tesoro natural, impidiera la perforación. Dicha empresa, a través de un tribunal privado, podría exigir y conseguir compensaciones económicas equivalentes a los beneficios que obtendría de la explotación petrolífera, y se lo pagaríamos todos, claro. Imaginen ahora a Belén, nuestra agricultora ecológica de Redondela que cultiva sus tomates felices y sanos para nosotros y para la tierra. Una de las normas para su certificación como agricultura ecológica pasa por no tener en su entorno ningún cultivo transgénico. Afortunadamente solo un tipo de maíz transgénico se cultiva en España y a Belén le queda lejos, pero esto puede cambiar. Nada menos que 150 variedades de transgénicos actualmente prohibidas en Europa podrán cultivarse y, como consecuencia inmediata, nuestra amiga perderá su certificación ecológica. Posteriormente, y por supuesto sin información alguna en el etiquetado, estos transgénicos se incorporarían a nuestra dieta. Muy cerquita de Ponteareas nuestra amiga Puri produce frutas igual de felices y ecológicas. Entre otras cosas sus tierras carecen de agroquímicos ni pesticidas, no así las de sus vecinos que, con la nueva normativa, podrán usar más cantidades y variedades de agrotóxicos de los que permiten las normas ambientales y de salud europeas.

Pero si usted es carnívoro no le van a ir mejor las cosas. Esa enorme granja de pollos de Porriño en la que algunas afortunadas gallinas (las menos ciertamente) viven en semilibertad, descubrirán el clorado y las hormonas actualmente prohibidas en Europa para la alimentación y producción de animales de granja. En definitiva el TTIP es como un caballo de Troya. Un aparente acuerdo amable que esconde desagradables sorpresas en su interior de las que nos daríamos cuenta demasiado tarde.

Permiso para poner terrazas

Por eso la imagen del caballo de Troya fue la elegida por quienes nos oponemos al tratado, y por eso el pasado martes Amigos da Terra acogimos en Vigo el caballo de Friends of the Earth Europe, nuestros hermanos de batalla, en su periplo por docenas de ciudades europeas. Nos queda la pena, y la necesidad de pedir disculpas, a todas aquellas personas a las que no pudimos avisar del cambio de ubicación prevista inicialmente en Porta do Sol por causas ajenas a nuestra voluntad y que tienen que ver con estos arcanos misteriosos de nuestro dialogante gobierno local, que en el último minuto nos cambió hasta tres veces el lugar autorizado para instalar el caballo. Tomamos nota de que cualquier terraza de cafetería puede ocupar permanente y completamente la vía pública, pero una acción reivindicativa con fondo ecologista y social además lo tiene complicado para ocupar un espacio menor, por ejemplo, que el que ocupa el tiovivo municipal de Porta do Sol.

¿Recuerdan aquello de «La calle es mía»? La próxima vez solicitaremos permiso para poner mesas y servir gintonics, a ver si tenemos mejor fortuna que nuestro querido caballo de Troya (o que un puesto de alquiler de bicicletas). Pero toda buena historia tiene su epílogo, y en este caso nos llegó justamente cuando estábamos desinflando el caballo que continúa su viaje. Nuestros hermanos de Friends of the Earth Europe nos llamaban desde Bruselas. El mensaje fue tan breve como inolvidable: «Empiezan a escucharnos? mañana no se vota el TTIP. El parlamento europeo pospone la votación». Que quieren que les diga, no deja de ser bonito que justamente ese día el caballo de Troya estuviera precisamente en Vigo.

Protestar parar que se oiga nuestra voz

El aparentemente complejo TTIP es muy sencillo de resumir; solo tenemos que responder unas preguntas: ¿Piensan que si el acuerdo fuera tan bueno para la ciudadanía se negociaría en el más absoluto secreto? ¿Queremos que las grandes empresas transnacionales tengan más poder que los gobiernos? ¿Queremos que esta situación, en el fondo real, se convierta en oficial? ¿Queremos que sean las empresas las que decidan sobre la salud, la alimentación, los derechos laborales y la protección medioambiental? Si la respuesta es negativa pongamos a trabajar a nuestros eurodiputados.

Digámosle claramente que no queremos un acuerdo contra las personas y el planeta y que no aceptaremos que lo negocien a nuestras espaldas. Es así de sencillo como ya, por millones, han firmado, aquí (http://noalttip.blogspot.com.es/p/blog-page_22.html) muchos ciudadanos europeos, y como el martes en Vigo todo el «rojerío y verderío», lo mejor de cada casa, manifestamos junto al caballo de Troya de Amigos da Terra en la alameda, donde los autillos.