Nueve acusados se enfrentan a penas de cárcel por homicidio imprudente de una limpiadora

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

La víctima era una trabajadora que se cayó por el hueco de un edificio en construcción en Navia sin medidas de seguridad

01 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres arquitectos, tres aparejadores, un ingeniero, un jefe de obra y un encargado se sentarán en el banquillo acusados de un delito de homicidio imprudente por la muerte de una limpiadora que se cayó por el hueco de un edificio en construcción en Navia. El juicio se celebrará este mes de junio en Vigo y la Fiscalía solicita para cada acusado una pena de dos años y medio de prisión, a excepción del encargado de obra, para quien pide año y medio de cárcel.

Los hechos sucedieron en noviembre del año 2009 en el portal 3 de la parcela 17 de la calle Teixugueiras. Una trabajadora de 37 años de la empresa Limpiezas y Pulidos Rotil se encontraba en el primer piso limpiando una puerta metálica ignífuga que sirve de acceso a un hueco vertical por donde pasan los cables de telecomunicaciones. Al querer quitar la suciedad de la cara exterior de la puerta, pisó sobre un falso suelo de lana de roca que tapaba el hueco del patinillo, cayendo sobre el suelo de hormigón del sótano desde una altura de 7,3 metros. El impacto le provocó un traumatismo craneoencefálico que le produjo la muerte de manera casi inmediata.

Falta de medidas

La acusación pública considera que la falta de medidas concretas de seguridad, como haber señalizado, mantenido unas barandillas de protección o simplemente haber dejado cerrada la puerta que tenía que limpiar la víctima fue la causa principal del accidente mortal. Atribuye este fatal incidente a una «deficiente dirección facultativa de la ejecución de la obra». A los arquitectos denunciados Francisco Javier C.Q.R., Manuel María Edmundo Nicolás P.S. y Salvador F.R. les acusa de actuar con «grave negligencia profesional» al no haber contemplado ninguna protección para los huecos de los patinillos de las instalaciones. A los aparejadores Manuel C.G., Ramiro F.R., y Julio M.T. les culpa especialmente por haber retirado u ordenado retirar unas barandillas de protección que, a juicio del Ministerio Público, nunca deberían haberse quitado de ese lugar. Tampoco habrían informado a la empresa subcontratada para la limpieza el riesgo de caída por el hueco de los patinillos. El jefe de la obra de Copasa, José Manuel R.S., también habría actuado de forma negligente no informando del peligro cuando, días antes del siniestro acompañó a la administradora de Rotil a visitar el edificio para que presupuestara la limpieza de los pisos e instalaciones comunes.

El encargado de obra, José C.R., tampoco advirtió a las limpiadoras que el hueco estaba cubierto con un material que carecía de resistencia para soportar el peso de cualquier persona, según el acusador.

El representante del Ministerio Público también imputa estas mismas negligencias al coordinador de instalaciones de la construcción del edificio y colaborador en la dirección facultativa, el ingeniero José Luis C. M.

Los hermanos de la víctima fueron indemnizados por la compañía de seguros.

«La falta de previsión de medidas concretas de protección fue la causa principal del accidente mortal»

Ernesto David C. González

Una trampa donde ya hubo otra caída

Para la Fiscalía, el caso de la limpiadora que falleció al caer por el hueco de un edificio reviste especial gravedad porque antes otro operario también se precipitó por el mismo lugar. Un albañil se rompió una pierna tras caer al vacío por pisar un falso suelo de tableros de encofrado que cubrían el hueco. La dirección de obra no tapó los huecos, sino que empeoró la situación sustituyendo los tableros por un material menos resistente que daba apariencia de moqueta, según el fiscal.