La experta participó en el Foro Empresa Responsable que se celebró en Vigo
31 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.mercedes gutiérrez responsable de sostenibilidad en ikea ibérica
Cruz Roja en Galicia, en colaboración con la Escuela de Negocios Afundación, impulsa la organización de la segunda edición del Foro Empresa Responsable, que reunió en Vigo a más de doscientas personas, la mayoría empresarios de pequeñas y medianas empresas, que son el público objetivo de esta iniciativa destinada a dar a conocer referentes de buenas prácticas en materia medioambiental. Mercedes Gutiérrez, responsable de sostenibilidad en Ikea Ibérica, fue una de las ponentes.
-Para una gran empresa hoy ya no es posible obviar una serie de actuaciones que contribuyan a la sostenibilidad del planeta. ¿En muchos casos es una mera cuestión de imagen?
-La responsabilidad en este sentido a veces no depende del peso ni del tamaño que tenga la empresa, porque incluso a nivel individual se pueden andar pequeños pasos. Algo que hemos aprendido con la crisis, económica y de valores, es que cada vez tienen más sentido cosas que se han puesto en valor, como la responsabilidad o la ética. Si tu empresa o tu negocio quiere ser mejor, que también puede esto ayudar a serlo, y quiere ser sostenible en el tiempo y no desaparecer, o empiezas a integrar en el día a día cómo hacer que lo que produces tenga un impacto más positivo o desaparecerá. Ya no es un tema de imagen, sino de supervivencia.
-Es una labor a largo plazo, claro.
-Efectivamente es una carrera de fondo. Los retos a los que nos enfrentamos son complejos. Hay que tener clara una dirección porque todos los problemas no los puedes abordar. Cada empresa tiene que tener clara cuál es su huella ecológica, dónde se produce su mayor impacto y trabajar sobre eso para transformar las cosas.
-En el caso de Ikea ¿cuál es esa dirección?
-Para nosotros la sostenibilidad es un factor de transformación de la empresa. Nuestro objetivo es duplicar el tamaño de la compañía en los próximos años, incluida Galicia, y hasta ahí puedo leer. El hecho es que para crecer tenemos que ser conscientes de que no podemos hacerlo de la misma manera de la que hemos llegado hasta aquí. Hemos diseñado tres palancas de innovación que van a colaborar en que podamos existir en el futuro. La primera tiene que ver con esforzarse por ser independientes en el uso de recursos naturales y energía. Si lo logramos amortiguaremos además el factor precio. La segunda tiene que ver con los hogares. El año pasado por las tiendas de Ikea pasaron en España 39 millones de personas y nosotros tenemos la responsabilidad ya no solo influir en cómo organizar su salón sino en cómo hacer que más personas quieran vivir de forma sostenible. La tercera línea de acción es cómo hacer todo esto creando un mejor día a día para la gente, empezando por nosotros mismos como empleados y por las personas que están en el entorno de nuestras tiendas.
-¿Qué logros han conseguido?
-El objetivo es reducir la cantidad de residuos que generamos y también que la gente en su casa pueda hacerlo. El año pasado incrementamos las ventas en 46,4 millones de euros de productos más sostenibles para el hogar, un 22 % más de facturación que el año anterior. El consumidor quiere colaborar en esto. Lo que no quiere es pagar más. La empresa también redujo en un 12 % el consumo de energía. También desarrollamos proyectos de acción social destinados a la infancia y el 21 % de los proveedores de riesgo (limpieza, transporte, residuos...) ya han aprobado el código de conducta.
-¿Qué tipo de productos sostenibles para el hogar desarrollan?
-Por ejemplo, hay cerca de treinta referencias y queremos ir a más y transformar la forma en que la gente actúa. El fin de semana que viene hacemos en la tienda de A Coruña un experimento con actividades para enseñar a los clientes cómo pueden hacer de su casa un espacio más sostenible. Lo que hace falta es motivación y que el producto sea barato, que si no, no lo quieren.
-¿Cómo lo hacen?
-En los últimos meses hemos probado con 150 empleados a cambiar parte de su casa con instrucciones para ahorrar energía y ver cuál es el impacto económico y también de calidad de vida. Lo importante es comprobar los beneficios, inspirarse en ello e inspirar al consumidor.