El PP se lanza a arañar cada voto para evitar la mayoría absoluta del PSOE

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Elena Muñoz acudió al campus con parte de su equipo para visitar el vivero de empresas.
Elena Muñoz acudió al campus con parte de su equipo para visitar el vivero de empresas. ÓSCAR VÁZQUEZ< / span>

Los populares refuerzan la presencia de cargos institucionales en la campaña. Muñoz acentúa su perfil económico

20 may 2015 . Actualizado a las 13:25 h.

El PP ha sacado las uñas. Las encuestas son contumaces y apenas han otorgado tregua a los de Elena Muñoz desde que comenzó la campaña. En el mejor de los escenarios que pintan los sondeos, se quedarían con nueve ediles. Los conservadores empiezan a asumir que Abel Caballero va a ser el más votado y que la travesía de la oposición que comenzó en el 2007 continuará otros cuatro años. «Pero no es lo mismo tener ocho que diez, o que él saque trece que quince», coinciden varios dirigentes del PP local. Así que la recta final de la campaña se ha convertido para los populares en una carrera con las uñas afiladas para arañar cada voto en cada esquina, para pelear por cada papeleta y para conservar el mayor peso posible tratando de evitar, sobre todo, que su rival logre la mayoría absoluta a la que apuntaban las últimas encuestas.

Para ello, Elena Muñoz ha sacado la artillería de los cargos institucionales de su partido. Ayer a mediodía la acompañaron en un acto en el campus el conselleiro Francisco Conde, que aprovechó que viajaba a Cangas como titular de Economía e Industria de la Xunta, la delegada de la Zona Franca, Teresa Pedrosa, y la delegada del Gobierno gallego, María José Bravo. Más tarde se acercó el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, a un acto para el que el PP movilizó a parte de sus alcaldes del sur de la provincia y también a algunos portugueses.

Hoy la aspirante convida de nuevo a Pedrosa y al presidente de la Autoridad Portuaria, Ignacio López-Chaves, en un acto en Balaídos; a la conselleira de Medio Ambiente, Ethel Vázquez, y de nuevo a Feijoo.

El bombardeo de cargos es total. En Vigo han estado dos ministras, el jefe del Ejecutivo gallego y hasta el presidente Rajoy. Cada voto cuenta. Cada papeleta suma. Y más, en un partido que hace cuatro años se quedó a 2.000 votos de la mayoría absoluta. El PP trata de rascar como sea y, de paso, transmitir que Muñoz tiene una pléyade de aliados institucionales frente a un alcalde aislado.

Ayer, la exconselleira de Facenda se vistió su traje más técnico y se lanzó a por los empresarios, tratando de acentuar su perfil económico, una materia en la que se ve más desenvuelta que en la refriega política pura y dura. La candidata propuso crear en Vigo cuatro centros para emprendedores, con la meta de que la ciudad se convierta en «la capital del emprendimiento del noroeste de la Península» y que sea «una referencia obligada» para quien quiera abrir un negocio. Sería un centro para las industrias marinas, otro para el naval, otro para la automoción y uno más para el sector biotecnológico. En su equipo dicen que ya tiene diseñados detalles como la ubicación o la financiación. Ayer hizo un llamamiento a la Xunta y a la Zona Franca a implicarse en esos centros. Uno de ellos estaría en la ETEA, vinculado al Campus do Mar, y sería una manera de que Zona Franca pueda invertir en esa infraestructura.

Muñoz desgranó parte de su programa económico, que incluye bonificaciones del 95 % del IBI y del IAE para proyectos que se establezcan en Vigo y generen empleo, la ventanilla única para los empresarios -que nunca falta en los programas electorales- y que la ciudad vuelva a ser «el centro de la Eurorregión».

Pero las uñas que el PP ha sacado para rascar votos también han echado algo de pimienta a la campaña. Ayer, Elena Muñoz acusó a Abel Caballero de «boicotear y retrasar» la autopista del mar, la depuradora del Lagares y el nuevo hospital, de avalar a un Gobierno -el de Zapatero- que no incluyó a Vigo en el mapa de puertos nodales europeos, de enfrentarse a todo el mundo, de criticar que la Xunta se implicase en negociaciones para reflotar el naval y la automoción y hasta de agravar la crisis de los astilleros cuando Europa tumbó el tax lease. Nada menos. Porque cada voto cuenta, cada papeleta suma.