
Dos veces al año, acreditados expertos de diferentes disciplinas dibujan el panorama cultural de España. Se trata de profesionales de la literatura, el arte, el cine, el teatro, la música y la arquitectura que responden un cuestionario y, con los resultados, el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea elabora un ránking que dice qué ciudades están haciendo las cosas más interesantes y de mayor trascendencia.
Es lógico desconfiar del valor científico de una iniciativa de este tipo. Al fin y al cabo, medir la calidad cultural de un país es tan difícil como fijar su nivel de felicidad. Pero hay datos objetivos que explican las cosas. Por ejemplo, por qué Vigo ha desaparecido de la lista de las 25 urbes de referencia.
Si comparamos lo que había hace una década con lo de ahora, la conclusión (ay, lo siento) es que nos ven más paletos. En vez de un festival de referencia para la música clásica como Are More, tenemos certámenes de habaneras con (magníficas, eso sí) corales de parroquias; las fotobienales, con grandes nombres nacionales e internacionales, han dado paso a un bucle de imágenes históricas de los archivos locales; y donde tuvo lugar la primera exposición de Tamara de Lempicka en España exponemos grabados de la Sagrada Biblia de Doré arrancados de un libro que se puede comprar en Internet por 600 euros. En el 2008 nos colamos en el circuito europeo de grandes conciertos (Lenny Kravitz, Bob Dylan, The Chemical Brothers, Rubén Blades) y este año contratamos de estrella a Mario Vaquerizo.
Jamás ha habido en Vigo tanto auditorio y tanto museo, pero lo que ofrecen es pobrísimo. Y no valen excusas: el aumento de gastos que han representado su construcción y su mantenimiento es infinitamente mayor que los recortes de las administraciones. Ni siquiera es necesario irse al resto de España para disfrutar de acontecimientos interesantes, basta con acercarse a pueblos del entorno. El Play-Doc de Tui, la Mostra de Teatro de Cangas, el Festival de Cans porriñés y el PortAmérica en Nigrán son buenos ejemplos. Y ellos también tienen corales, fotos históricas y fiestas con King África.
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