¡Estos alimentos sí que nos levantan el otro apetito!

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La sandía, ¿una viagra natural? Primero fueron los espárragos, después las ostras y así hasta el infinito y más allá

09 sep 2015 . Actualizado a las 12:05 h.

¿Quién no ha escuchado los supuestos «superpoderes» mágicos de las ostras o de los espárragos? Mentiríamos si negásemos que más de uno no ha intentado poner a prueba las capacidades afrodisíacas -sí, esas que mejoran o incrementan el deseo sexual- de estos y otros alimentos en alguna cena romántica con la pareja a la espera de que funcionasen a golpe de varita mágica. Lo primero es reconocerlo, porque todos en algún momento de nuestra vida le hemos preguntado a Google, ese ser que todo lo sabe y que para todo tiene una respuesta, por las otras «ventajas» de determinados productos. Sin embargo, sin ánimo de chafar o tirar por la borda próximos planes, ni mucho menos, lo cierto es que estos méritos, que llenan páginas y páginas en Internet, no son del todo ciertos. «No hay alimentos que te los comas ahora, y dentro de un rato aparezca el deseo. Aunque hay algunos que ayudan al contribuir a mantener saludables los órganos y sistemas que intervienen en la respuesta sexual. Pero no funcionan como un botón», explica la sexóloga Aranzazu García de la Clínica Vida de Vigo. Es decir, son una media verdad que se ha expandido a un ritmo preocupante gracias al boca a boca primero, a la literatura después y a las redes sociales en el presente. Ostras, sin parecidos Pero ¿cuánto hay de cierto y cuánto de mentira en el mito de los alimentos afrodisíacos? «Un organismo saludable, vital y lleno de energía vive más plenamente la sexualidad. La alimentación está relacionada al elevar la cantidad de dopamina y contribuir a mantener sanos los sistemas que influyen en la respuesta sexual», asegura la sexóloga, aunque también apunta que el efecto no es inmediato al contrario de lo que ocurre al practicar deporte, así como ofrecer una dosis de riesgo y risa. Lo que sí que está claro es que hay que descartar aquello que nos «han vendido» por sus connotaciones sexuales debido a su similitud con los órganos genitales de ambos sexos, veáse: almejas, aguacate, espárragos o plátanos. Los alimentos con zinc, en cambio, poseen un nutriente muy necesario para que la respuesta sexual funcione como tiene que funcionar. «Pero esto no quiere decir que si se ingiere más, se vaya a tener más deseo», incide Aranzazu García. Así que, ve olvidándote de hincharte a ostras -sí, ese molusco tan afrodisíaco y con parecidos y connotaciones tan sexuales-, nueces o legumbres. La sandía y sus «poderes» Y lo mismo que con las ostras, sucede con la jalea real, que funciona como un potente estimulante. O la conocida vitamina B3, con los frutos secos como máximo exponente, que «tiene efectos en la síntesis de las hormonas sexuales y proporciona elasticidad a los vasos sanguíneos», admite la sexóloga. Pero, un buen ejemplo de alimentos que «funcionan» a largo plazo es la sandía. «Contiene zitrulina que colabora en la energía muscular, y además mejora la cantidad y movilidad de los espermatozoides junto con la capacidad de dilatar las arterias», señala la sexóloga. Ella achaca esta última capacidad a su sobrenombre de «viagra natural». Aunque con el inconveniente de que hay que consumirla durante un largo período, para Aranzazu García ni la fruta ni la famosa pastilla azul producen deseo sexual o placer sino que más bien ?solo impiden que la erección desaparezca?. Es decir, la viagra frena que el miembro masculino pierda la tumescencia y la sandía hace que los vanos sanguíneos se dilaten. El ginseng y el jengibre «ayudan» igualmente a estimular el sistema nervioso y el circulatorio. Excitación no es placer Sin embargo, «no es lo mismo placer que excitación. En los hombres se habla mucho por la erección, que es lo que les preocupa», afirma la sexóloga. E incide en que es aquí donde radica la principal discrepancia entre hombres y mujeres. «La diferencia es psicológica. La manera de vivir la sexualidad y las emociones son dispares», insiste. Los hombres está claro... ¡sandía! ¿Y nosotras? «La mujer tiene tumescencia en los labios vaginales cuando se excita, pero afortunadamente ellas no se han obsesionado como los hombres con la erección», asegura Aranzazu, que recomienda al bando femenino la maca andina. Esta planta es uno de los ingredientes clave en algunos de los pocos fármacos para ellas y que hay que tomar durante un tiempo para sentir sus efectos, que se utilizan para tratar el deseo inhibido Como la maca, el ginkgo biloba - el árbol que «revivió» en Hiroshima tras la bomba atómica- mejora la vida sexual al mejorar la circulación. El poder, por tanto, de estos alimentos es limitado, por no decir casi inexistente, aunque hay productos con «ventajas» para la respuesta sexual. El alcohol, deshinhibidor Por ejemplo, el alcohol. «Funciona como desinhibidor ya que con una o dos copas nos ayuda a no estar en una actitud crítica facilitando el disfrute», explica, pero apunta que en su justa medida. «Si se ingiere demasiado tiene un efecto narcotizante». Es decir, adiós al final feliz tras una noche de fiesta. Pero, esto no es lo único que ayuda a estar positivo. La glucosa y otras sustancias activadoras, como el café o el cacao, hacen que el cuerpo esté más predispuesto. Sin embargo, la duda sigue ahí. ¿Es mentira, es una media verdad: funcionan o no los productos afrodisíacos? «Más que el alimento, lo afrodisíaco es el tono emocional o el ambiente psicológico. Necesitamos estar en una actitud de disfrute, lúdica, y sin críticas hacia uno, sintiéndose seguros y a gusto», señala Aranzazu. Ya sabemos, entonces, la clave: menos pensar en el menú y más en el ambiente... Lo importante, como siempre, al final.