La Iglesia ya advirtió en marzo a los curas que cobren por los entierros según la tarifa oficial

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El Arzobispado anuncia que estudiará las denuncias de las funerarias y aboga por «el rigor» en la gestión de los pagos

28 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El Arzobispado de Santiago actualizó en marzo las tarifas que los curas cobran por participar en funerales y entierros para acabar con las quejas que muchas funerarias estaban transmitiendo por la disparidad en los precios que se estaban encontrando por la prestación en dichos oficios, a mayores de la negativa de numerosos religiosos a entregar justificantes del cobro o a recibirlo mediante transferencia o cheque bancario, como han denunciado ante el mismo monseñor Julián Barrio cuatro empresas mortuorias de la provincia de Pontevedra.

La cancillería del Obispado de Tui-Vigo indicó ayer a este periódico tener noción de las quejas de las funerarias respecto a su relación profesional con diversos curas, «pero se supone que desde que se han actualizado y comunicado las tarifas nuevas a todos ya no hay problemas», mantiene Alfonso Fernández Galiana, canciller-secretario de la diócesis del sur de la provincia de Pontevedra. Las funerarias no solo aseguran que el supuesto fraude en los pagos se mantiene, sino que incluso se ha disparado aumentando los casos de curas que añaden conceptos no tasados en las tarifas oficiales como toque de campana o porte de cruz, con los que en ocasiones se añaden más de cien euros de gasto en los oficios, sin que se facilite recibo por todos los trabajos o por los añadidos llevados a cabo.

Hay una tarifa máxima

El Arzobispado de Santiago, en su papel de responsable de la provincia eclesiástica que abarca a toda Galicia, aseguró ayer que la única tarifa vigente en la comunidad para el cobro por la participación de sacerdotes en actos fúnebres es la que se aprobó el 17 de enero pasado por todos los obispos gallegos y que entró en vigor el 1 de marzo después de doce años sin haber sido sometida a revisión. Dicha tarifa fija en 20 euros el levantamiento del cadáver y conducción desde el tanatorio a la iglesia o cementerio; 15 si solo se solicita el responso; 30 por cura en acto fúnebre; 40 por cada uno de ellos que tomen parte en la misa; 25 por utilización del templo y 25 más para el sacristán. Es decir, 140 euros máximo, cifra que puede subir en función del número de religiosos que participen.

La tarifa remitida a curas y funerarias advierte que solo estos «son los servicios por los que se podrá solicitar la aportación de ofrendas por parte de los fieles y su tope máximo». Las funerarias sin embargo aseguran estar pagando hasta 500 euros, y casi siempre sin justificante fiscal a cambio.

«Las tasas aprobadas son las que entraron en vigor en marzo», reitera el Arzobispado, que anuncia que estudiará la denuncia remitida el lunes por las funerarias. «Mantenemos el compromiso con el rigor y la transparencia en la gestión económica y administrativa», asegura la institución eclesiástica gallega a cuenta de lo que las funerarias tachan de fraude masivo por opacidad fiscal y precios elevados.