Teóricamente hoy hay unos 80 libros circulando por Vigo, pasando de unas manos a otras, sin tener en cuenta los que particulares como usted o yo hayamos podido haber puesto en circulación. Se trata de una iniciativa que surgió con motivo del Día Internacional del Libro, el pasado 23 de abril. El museo Marco se sumó con un bookscrossing, que consiste en poner libros en lugares públicos (parques, cafeterías?) para que los lea quien quiera y los vuelva a dar o dejar en algún lugar. El proceso se irá registrando en la web www.bookscrossing.com.
Estamos ante una idea que busca recordar que los libros son un poco de todos. Cierto es que en un principio hubo alguien que los escribió, pero solo son palabras que fueron dichas en un momento dado y, al igual que todas las palabras que pronunciamos, pueden ser repetidas, modificadas, contadas, etcétera. ¡Anda que Marx no ha sido contado bajo mil y una interpretaciones! Hoy en día, creo, este es un buen ejercicio. Y es estupendo que Vigo se sume a él.
Los libros están para ser usados, leídos, para provocar pensamientos, para enseñar cosas. No es bueno que se queden abandonados, llenos de polvo en la estantería. Lo más pertinente, al igual que ocurre con los rumores o los cuentos, es que se vayan transmitiendo de boca a boca, de mano a mano.
Ahora, con Internet, esta transmisión es cada vez más fácil. Basta con un click para compartirlo. Sin embargo, lo bueno es que esto se haga también con los libros físicos. «La generosidad es adictiva», reza la web de los autores de la inicaitiva. Así que, ¿a qué espera usted para dejar su libro favorito y que otro sienta lo mismo que usted cuando lo leyó?