Una niña de 14 años en el camastro de un trastero

VIGO CIUDAD

En el mundo de la trata, los seres humanos, en este caso las mujeres, siempre tienen un precio

11 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Uno de los inspectores que participaron en aquella operación admite que no olvidará fácilmente: «Tenían a la menor encerrada en un trastero con un candado. A la puerta estaba una mujer, que era la que cobraba». Ocurrió en Vigo: «Una menor que es prostituida en esas circunstancias, imagínese, se corre la voz como la pólvora».

En el mundo de la trata, los seres humanos, en este caso las mujeres, siempre tienen un precio. Los tratantes compran y venden mujeres que son trasladadas con frecuencia para garantizar la «carne fresca», la novedad en los puntos de explotación: «Por una cantidad de entre 15.000 y 20.000 euros, si se pone en contacto con una de estas mafias, le pueden vender una mujer», relata uno de los inspectores de la Ucrif. Luego entra en juego otro siniestro mercado, donde las mujeres son revendidas a otras organizaciones, que suelen implementar la deuda contraída. «Una mujer rumana puede ser revendida por cinco o seis mil euros», explica un experto. «Yo he conocido casos en que un familiar se la ha vendido a otro por 200 euros», afirma Carmen Lago, una veterana en los colectivos de ayuda a prostitutas.

Los profesionales consideran que, pese a la frecuencia de las operaciones, el fenómeno no decrece: «Pero sin ellas sería mucho peor, porque entraríamos en la impunidad. Tras su instalación, en tres o cuatro años, se fortalecen mucho. A veces crees que has dado un buen bocado y solo has mordido una parte pequeña de la organización, que muchas veces tiene ramificaciones internacionales», explican los expertos.