La dueña asegura que el caniche fue a oler al perro de presa por detrás y el grande no se dio cuenta. Cuando el caniche comprobó que el american stanford era macho «le dio un chimpo y se le puso enfrente, el mío no lo vio venir». Mantiene que en seis años su mascota no hado el menor problema. «La señora se confió», dijo. Niega que el perro haya mordido a la dueña del caniche.