La madre del arroz con bogavante

b.r.sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

Chelo Delgado y Enrique Veiga fundaron el restaurante por el que pasaron tres premios Nobel

29 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

A finales de los 60, el terreno que ocupa hoy el restaurante Timón Playa era un solar vacío y muy apetecible, al borde del mar, donde el matrimonio formado por Enrique Veiga y Chelo Delgado decidió iniciar su vida de casados y a la vez, su vida laboral. «La finca era de mis suegros y aquí construimos nuestra casa y pusimos el restaurante, que inauguramos el 1 de junio de 1971. Yo tenía 21 años y él 25», recuerda ella con precisión. Desde entonces allí están y allí se han hecho fuertes a base de una reputación ganada con productos de calidad. Pero los comienzos no fueron fáciles. Chelo sabía de cocina lo básico para atender su propia casa, y los fogones tampoco estaban entre sus tareas favoritas. Pero poco a poco le fue cogiendo el tranquillo y además decidió que ya que estaba, había que ponerle imaginación. «Además en aquella época lo que se hacía era muy básico, pescados a la plancha, carnes asadas, merluza a la cazuela... y poco más», señala. «El primer año cogimos un cocinero pero a los pocos meses ya me puse yo al frente... y hasta hoy». Chelo fue innovando poco a poco, aunque sin descuidar la cocina tradicional ni los pescados o los mariscos marca de la casa, porque es consciente de que mucha de su clientela viene a buscar lo que sabe que va a encontrar: «una selección de los mejores pescados de temporada, nada de piscifactoría, frescura y producto de nuestra costa», afirma añadiendo como sello de la casa sus empanadas de masa fina y todo tipo de arroces. Respecto a ellos, tiene algo muy importante que añadir, ya que según cuenta, ella inventó hace 35 años la tantas veces celebrada unión entre el bogavante y el arroz. «Un día una amiga me puso bogavante para comer y al lado un poco de arroz blanco. Yo pensé que si ya así estaba bueno, podía mejorarlo». Y lo hizo juntándolo en una cazuela. «Antes nadie lo hacía», afirma la propietaria del restaurante que según asegura, su afán de cada día es superarse y además, no aburrirse. «Disfruto inventado», afirma.

Enrique ya venía de una familia de hosteleros. «En 1947, mi madre, Pepita, montó junto a mi padre, que era maquinista naval en el Puerto de Vigo, el restaurante El Timón que hoy sigue abierto en Montero Ríos y que sigue llevando mi hermana, Loli, con sus hijos», cuenta.

Cuando Enrique tuvo su propio negocio, su lugar estuvo en la sala y en el mercado, seleccionando los mejores productos. Ahora, por problemas de salud, le ha relevado su hija mayor, Teté, que decidió dejar la abogacía para ocuparse de la logística del negocio tanto en el papeleo como en las compras. «Yo sé cocinar muy bien y de hecho trabajé en la cocina ayudando a mi madre durante un tiempo, pero ella sigue siendo la jefa», cuenta. El otro hijo de Chelo y Enrique, Kiko, echa una mano de vez en cuando, pero acaba de terminar la carrera de Publicidad y por ahora enfoca su futuro hacia el sector para el que se ha preparado.

En las mesas del restaurante Timón Playa han contemplado sus vistas espectaculares y disfrutado con sus platos clientes de todo tipo y condición, pero llama la atención la eminencia de algunos de ellos. «Aquí han comido tres premios Nobel: Saramago, Cela y Severo Ochoa», se jacta, y no es para menos. «¡Ah, y también estuvo el inventor de la píldora anticonceptiva!», recuerda. Efectivamente, Carl Djerassi estuvo en Vigo en el 2007 para recoger el Premio Alecrín.

Desde 1971.

Rúa de Canido, 8. Coruxo.

En sus mesas se han sentado tres premios Nobel: Saramago, Cela y Severo Ochoa.