El Concello sugiere a los vecinos de Samil que desalojen

La Voz VIGO/LA VOZ.

VIGO CIUDAD

Urbanismo considera inviable que el Tribunal Superior conceda una moratoria si siguen residiendo particulares en un edificio que solo puede salvarse si se convierte en una instalación hotelera.

13 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Concello vigués no se opone a la salvación de los cinco edificios de viviendas construidos frente a la playa de Samil con licencia de apartotel que el Tribunal Superior ha exigido sean demolidos de inmediato. En una reunión celebrada entre algunos de los vecinos afectados y el concejal de Urbanismo se abordaron los posibles pasos a dar para evitar una solución traumática.

Según las fuentes consultadas, el socialista José Mariño les instó a conseguir del juzgado un aplazamiento del derribo. Desde su punto de vista, una de las medidas para intentarlo con alguna garantía sería el desalojo inmediato de las viviendas por parte de sus titulares. Urbanismo considera inviable que el Tribunal Superior conceda una moratoria si siguen residiendo particulares en un edificio que solo puede salvarse si se convierte en una instalación hotelera.

Esta opción iba a ser discutida anoche por los propietarios de estos apartamentos en una asamblea convocada para buscar una solución que se intuye complicada. Los cinco inmuebles llevan más de diez años bajo la amenaza del derribo, que ahora se ha hecho real al recibir el Concello un auto del Tribunal Superior exigiéndolo en el plazo de diez días.

Ante ello, Urbanismo ordenó a sus técnicos la redacción de un proyecto de demolición y elaboró un calendario para cumplir la orden. Incluye la adjudicación de este proyecto y la clausura del suministro de luz y agua. Posteriormente tendrían que desalojarse las viviendas para su precintado. Conforme a este plan el derribo podría ejecutarse en febrero.

Precisamente, estos tres meses es el tiempo que tienen los propietarios para transformar unos edificios de viviendas en una instalación hotelera, a fin de que pueda recibir licencia y eludir la piqueta. Esta transformación es muy complicada y carece de precedentes en Vigo pero parece la única solución.