De Vigo a Vigo, una travesía de cinco años

David Suárez Alonso
David Suárez VIGO/LA VOZ.

VIGO CIUDAD

Atraca en el Náutico la pareja que inició en el 2005 la vuelta al mundo en catamarán

30 ago 2010 . Actualizado a las 12:34 h.

Eva Lago y François Viso ya casi no se acuerdan de cuando se calzaban todas las mañanas. Llevan cinco años navegando, tiempo suficiente para dar la vuelta al mundo y para olvidarse de lo esencial de la vida en tierra. Partieron en el verano del 2005 con la intención de surcar mares y océanos durante tres años pero su aventura, con cambio de barco incluido, se alargó hasta ayer.

Su catamarán Zarpas, de casi 14 metros de eslora, atracaba a mediodía en el Náutico de Vigo donde le esperaban impacientes más de treinta familiares y amigos de la pareja. «¿Te parece aquel que viene con la vela desplegada el de las fotos?», se preguntaban algunos de ellos. «Debe ser ese porque lleva la canoa azul que se compró Eva», confirmaba un amigo. Al catamarán le seguían varios barcos que fueron a buscarles a la boca de la ría y que no paraban de hacer sonar sus bocinas. «No nos podemos quejar del recibimiento», reconocía la pareja. No era para menos. Algunos de sus allegados llevaban sin verles todo este tiempo. Eva, por ejemplo, tiene una sobrina de cinco años a la que ha visto en la incubadora y poco más.

Gracias a los ahorros y lo que les pagaban mensualmente por unos pisos que tiene François alquilados en Ibiza han logrado financiarse este viaje. Eso sí, dejando la mayoría del tiempo el barco fondeado porque como dice Eva para ir de marina en marina «hay que ser muy ricachón». Todo era cuestión de organizarse. Buscaban a gente en su misma situación para vigilarse mutuamente los barcos mientras hacían sus escapadas, que nunca duraban más de diez días. Por eso, una de las cosas que más ilusión les hacía de volver a casa era dormir en su cama y de un tirón.

¿Y ahora?

A Eva y François ahora les toca una vuelta que probablemente se les haga un poco cuesta arriba: la vuelta a la vida en tierra. Lo primero es superar la apretada agenda que les espera estos primeros días para poder ver a todos sus allegados. Después tendrán que buscar trabajo. Eva era comercial antes de esta experiencia y su pareja trabajaba como capitán de grandes yates. «Tal como están las cosas va a ser difícil», reconoce ella aunque cree que François lo tendrá algo «más fácil».

¿Y qué pasará con el Zarpas? Un amigo de François ya quería colgarle el cartel de «en venta» solo atracar en Vigo pero la pareja aún no lo tiene decidido. Durante un mes tienen plaza en el Náutico y después deberán tomar una decisión, que no va a ser nada fácil. Además de deshacerse de un barco impresionante, perderían el que ha sido su hogar durante la experiencia de sus vidas.