Rescatan a una mujer de un antiguo asilo en llamas en Vigo

Luis Carlos Llera Llorente
Luis Carlos Llera VIGO/LA VOZ.

VIGO CIUDAD

Identificados cuatro sin techo como posibles autores del fuego en una propiedad de la promotora de Karpin

10 ago 2010 . Actualizado a las 02:17 h.

Los bomberos de Vigo rescataron ayer a una mujer que se encontraba en el interior de un antiguo asilo en llamas en el centro de la ciudad. La joven no sabía que en ese momento el fuego estaba devorando el inmueble de la calle Pi y Margall, que en su día fue una residencia de ancianos y que ahora se encuentra a la espera de un proyecto urbanístico promovido por los ex futbolistas Valery Karpin y Míchel Salgado.

«Vimos a una mujer caminando dentro del asilo que no sabía lo que estaba pasando», relató el suboficial de Bomberos Domingo Vázquez, que dirigió la operación de extinción de las llamas, en la que participaron dos vehículos de bomberos de los parques de Balaídos y Teis. Vázquez dijo que hubo un único foco y que parte de las brasas del piso superior cayeron abajo provocando otro fuego.

El suceso se desencadenó poco después de las cinco de la tarde cuando en el centro de Vigo se superaban los 35 grados y en el interior del edificio se acumulaban la basura y los desperdicios depositados por la veintena de indigentes que habitualmente usan las instalaciones para pernoctar.

«Unos que vienen aquí para fumar dos porros han prendido fuego a la sala de arriba», indicó a este periódico uno de los sin techo que utiliza normalmente el viejo asilo para dormir cuando termina de ganarse la vida como aparcacoches en O Berbés. Esta persona aseguró que «el incendio fue provocado por unos que tienen casa y que vienen aquí solo de paso».

Cuatro patrullas del Cuerpo Nacional de Policía batieron la zona e identificaron a cuatro personas que podían estar relacionadas con los hechos, dos hombres y dos mujeres, pero no llevaron a cabo ninguna detención. La policía pedirá a la autoridad judicial que tapie el edificio.

El inmueble ya ha sido clausurado en más de una ocasión, pero numerosos sin techo lo usan habitualmente. En los días de mayor frío del pasado invierno se contabilizaron dentro hasta cien personas, según alguno ocupantes del edificio.