El uso indiscriminado de las cajas usadas para guardar el pescado fue el detonante que provocó la guerra de los envases el verano pasado. En el puerto de Vigo se prohibió por completo su utilización pues había armadores que las reciclaban y tras lavarlas estas volvían a ser llenadas de especies procedentes del sector del cerco. Desde la cofradía de Portosín se inició una campaña para erradicar estas prácticas y según el patrón mayor, «no noso porto xa non se utilizan».
La ley impide usar este tipo de envases dos veces, de ahí que el pósito puso en marcha una iniciativa con la finalidad de que los armadores se abstuviesen de reutilizar el material.
Para el patrón mayor, «a xente entendeuno perfectamente. No noso porto quedou erradicada esta costume e dende hai uns meses, por aquí xa non se ven caixas de segunda man».
El cabildo incluso llegó a amenazar a los armadores con tomar medidas contra aquellas personas que incumpliesen la ley. «Estamos dispostos a denunciar onde faga falla aos empresarios que non acaten as normas, pois non queremos que por culpa duns cuantos, se prexudique a todos», subrayó Carreño.
Los armadores sonenses son conscientes de que el envase de madera le sale más caro que el de plástico pero, sin embargo, a largo plazo salen más beneficiados pues «a presentación do peixe non é a mesma e a conservación e moito mellor».
Ahora esperan que el Puerto de Vigo sea más flexible y permita entrar la mercancía en envases tradicionales, un material permitido para este servicio.